“Mi vida no podría ser mejor ahora mismo ya que creo que no tengo que demostrar nada a nadie. Antes de confesar mi homosexualidad viví de forma muy discreta, tratando de pasar desapercibido y dejando de ser yo mismo», dijo el cantante
La estrella latina asegura encontrarse en una de las épocas más gratificantes y prolíficas de su extensa trayectoria, una etapa de madurez que se caracteriza no solo por su polifacética actividad profesional -este año sacará nuevo disco, participará en dos programas televisivos y está a punto de terminar el musical ‘Evita’–, sino también por un ámbito personal definido por la estabilidad y la confianza en sí mismo. El artista reconoce haber llegado a un punto en su vida en el que no debe “demostrar nada a nadie” y en el que puede darse a conocer sin ningún tipo de restricciones.
“Mi vida no podría ser mejor ahora mismo ya que creo que no tengo que demostrar nada a nadie. Antes de confesar mi homosexualidad viví de forma muy discreta, tratando de pasar desapercibido y dejando de ser yo mismo. Acabé exhausto de fingir y de proyectar algo que no era, intentando contentar a todo el mundo de forma artificial. Esta etapa de mi vida es totalmente diferente, mi principal objetivo ahora es sentir intensamente y compartir mis experiencias con los demás. Es una actitud mucho más sana”, reflexionó en una entrevista al portal deanpiper.com.
Y es precisamente su propio proceso de liberación personal el que ha inspirado su constante implicación en diferentes causas solidarias y de justicia social, por lo que en la actualidad no es extraño encontrar a Ricky alzando su voz contra el tráfico de personas, generando conciencia social sobre los estragos del SIDA y, ante todo, erigiéndose como gran modelo a seguir para miles de adolescentes que no temen expresarse abiertamente sobre su sexualidad.
“Salir del armario fue una experiencia que me cambió la vida por completo pero, al parecer, el hecho de que lo hiciera en público hizo que otras personas también lo tuvieran más fácil. Es emocionante que tu ejemplo ayude a aquellos adolescentes que todavía lo pasan mal y sirva como munición para elevar la autoestima y la dignidad personal”, admitió Ricky sobre su faceta como activista y la labor que ejerce desde su fundación.
“Era como un nudo en mi garganta que debía desatascar, necesitaba involucrarme en diferentes asuntos y tratar de ayudar en todo lo posible. Pienso que las figuras públicas deben dar ejemplo y usar su voz para denunciar las injusticias si es que eso va a ser de utilidad. Creo que expresar tus inquietudes puede ayudar a sensibilizar a la gente sobre diferentes causas, por eso inicié una campaña para alertar de los efectos del tráfico de personas. Al principio traté de no dar demasiada publicidad a mi fundación para no generar una imagen equivocada, pero ahora creo que es positivo aprovechar la fama para que los mensajes tengan mayor repercusión”, explicó.
Agencias