Hallan cadáver de jardinero dentro de su casa con una puñalada

El jardinero Raúl Manuel Cáceres, de 37 años de edad, fue hallado sin vida y con una herida punzopenetrante en el pecho dentro de su casa ubicada en la calle Araguaney, barrio Nuevo Horizonte, en Catia. Este domingo, el hijo de una vendedora de pescado que tenía alquilado un espacio de la casa para guardar su tarantín, llegó en busca de dos bolsas de mercancía y se percató de que el hombre yacía sin vida en un espacio del inmueble. El autor del hallazgo se ha convertido para la familia en uno de los principales sospechosos del homicidio.

Raúl Cáceres laboraba en casas de familia en Los Palos Grandes. En una vivienda de Catia, había alquilado un anexo donde reside una pareja que partió de viaje en diciembre y no ha vuelto. Además, consideró permitir que la buhonera  guardara en el sitio sus enseres porque donde lo hacía habitualmente la sacaron, debido a que su hijo había sido culpado de cometer hurtos cuando ingresaba al lugar. Era una vendedora de pescado y carne que montaba su puesto en el mercado. La relación de alquiler la iniciaron en diciembre con la promesa de que apenas consiguiera otro depósito, sacaría de allí sus pertenencias.

La mañana del domingo, el hijo de la señora llegó en busca de dos bolsas de pescado. Dijo que notó que el dueño de la casa estaba inmóvil, pero presuntamente no quiso tocarlo hasta llamar a la familia. En el lugar, yacía sin vida Raúl Cáceres, con un agujero en el pecho que le provocaron al atacarlo con un arma punzopenetrante que no fue localizada en el lugar. El cuerpo aún no mostraba rigidez cadavérica, lo que hace presumir a la policía que el asesinato ocurrió entre las 4:00 y 5:00 de la mañana. El joven lo encontró a eso de las 9:00 según relató ante el Cicpc.

Un grupo de vecinos que ocasionalmente se reunía a beber licor en el garaje del frente, le contó a la familia que estuvieron hasta las 3:00 de la madrugada en el sitio escuchando música, pero no vieron ingresar a nadie. A esa hora una comisión de la PNB los dispersó, exigiéndoles bajar el volumen de las cornetas, por lo que decidieron retirarse.  Se cree que luego de esa hora, ingreso el o los homicidas con intenciones de cometer algún robo.

LA VOZ /AA

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