Hoy se apagó la vida de un compañero de trabajo, pero más que eso de un amigo entrañable que durante muchos años nos brindó su permanente sonrisa. Hoy se nos fue Igor Camacho Ostos, a quien conocimos desde su juventud y con quien compartimos gratos momentos. Se lo llevó una terrible enfermedad que hizo mella en su existencia desde hace varios meses. Se fue y nos deja gratos recuerdos, su alegría y sus chistes ya no nos acompañará más, deja luto inmenso en nuestros corazones, el recuerdo imperecedero de su amable bondad y su amistad inquebrantable. El cáncer que se lo devoró en poco tiempo no pudo cambiar su forma de ser, asumió su enfermedad con entereza y su destino con valentía y nunca se quebró ante la infausta circunstancia.
Igor se ha ido, pero su presencia espiritual quedará eternamente entre nosotros, sus carcajadas resonarán por mucho tiempo en nuestra redacción a la que impregnó con su inagotable optimismo, estará ahí en su cubículo de trabajo tal como nos acostumbró durante largo tiempo, haciendo gala de su extraordinaria responsabilidad.
Igor se ha ido para siempre, extrañaremos su lealtad, su carácter festivo y sus bromas. Se ha ido un amigo, un compañero con el que compartimos gratos momentos, viajes, alegrías y tristezas. Es una llama que se extinguió, por aquellas cosas de la vida que nos coloca sorpresivamente ante el ocaso de nuestra existencia cuando nos llega ese momento.
Igor nos ha dejado para ascender a otra etapa que nadie conoce, pero que por fe y vocación cristiana, nos promete otros estadíos.
Por mucho tiempo ocupó el cargo de Director Ejecutivo del diario La Región al que se hizo merecedor tras un largo periplo por diversas etapas del periodismo impreso en el que comenzó como montador de positivos. Su habilidad para interpretar el trabajo que se le encomendó le ganó el respeto y la solidaridad de quienes lo acompañaron, por eso deja un inmenso vacío que solo el tiempo podrá colmar.
Nos costará mucho acostumbrarnos a su ausencia y aunque era previsible el fatal desenlace, la noticia nos sorprendió, porque esperábamos que su tenacidad pudiera ganarle la batalla a la muerte.
Todavía hace pocos días agobiado por el mal que le aquejaba, me dijo con voz firme: ”vendré a trabajar mientras pueda, porque no voy a esperar pacientemente a que la muerte me sorprenda en una cama”, en el tono jocoso que la franca amistad que teníamos me permitía le apunte “bicho malo no se muere” a lo que respondió con su característica carcajada.
Fue quizás nuestro adiós, nuestro último saludo, nuestra despedida, las sombras de la muerte lo arroparon hoy en un centro hospitalario donde el terrible mal le dio la fatal estocada.
Se nos fue Igor nuestro leal amigo y compañero. Su huella imborrable quedará en nuestros corazones y en el corazón de todas aquellas personas que compartieron su amistad. Hoy la redacción de los diarios La Región y La Voz están de luto y expresa su profunda palabra de condolencia sus familiares y por mas controversial que haya sido su existencia, rogamos a Dios para que lo acoja en su seno. Paz a sus restos.
José Materán Tulene
El velatorio será desde las 12 del mediodía hasta las 05:00 p.m., en la capilla Zafiro de la Funeraria anexa al Cementerio Jardines El Cercado.