El gobierno y la oposición se disputarán este miércoles en manifestaciones callejeras en Caracas la fecha simbólica del restablecimiento de la democracia en Venezuela, hace 55 años, aunque los dos bandos dan un contenido político diferente a ese concepto.
En momentos en que los venezolanos están a la espera de saber si el presidente Hugo Chávez, enfermo de cáncer, podrá asumir su nuevo mandato de 2013 a 2019, el gobierno convocó a una manifestación que llamó la «toma de Caracas», después de que la oposición convocara a una manifestación callejera para ese mismo día.
Las columnas chavistas marcharán desde tres puntos del centro y del oeste de Caracas, mientras que la opositora Mesa de la Unidad, para evitar incidentes, decidió concentrar a sus seguidores en un parque del este de la capital.
Chávez, de 58 años, fue sometido a su cuarta cirugía por cáncer el 11 de diciembre en La Habana y desde entonces no ha hecho ninguna aparición pública, aunque el vicepresidente Nicolás Maduro auguró el domingo que el mandatario volverá más pronto que tarde.
Ante su imposibilidad de asistir en Caracas a su acto de asunción el pasado 10 de enero, el Tribunal Supremo de Justicia determinó que podrá jurar el cargo en una fecha posterior ante ese órgano y avaló la continuidad del gobierno.
Entonces, parlamentarios opositores anunciaron, en rechazo a esa decisión, una manifestación por toda Caracas el 23 de enero, fecha del derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez. Pero, tras la convocatoria del gobierno, decidieron limitarla a una concentración en el parque Miranda.
«La conmemoración del 23 de enero es un evento en el cual ambos sectores se van a referir a la crisis. La oposición aprovechará para recordar un movimiento que derrocó una dictadura, y tratará de conectarlo con una lucha por la reconstitución de la legalidad», dijo a la AFP el sociólogo Ignacio Avalos.
«Para el chavismo será más bien la ocasión de quitarle una bandera a la oposición y revalidar las últimas decisiones» del Tribunal Supremo, indicó.
Enfrentados durante años en torno a la interpretación de la historia y de los símbolos patrios como la bandera o el escudo nacional, gobierno y oposición tienen también visiones divergentes del significado de la democracia que se instauró en Venezuela en 1958.
Hasta la llegada al poder de Chávez en 1999, «la democracia era asociada por los venezolanos a libertad de expresión y participación electoral», refirió a la AFP Oscar Schemel, director de la encuestadora Hinterlaces. «Pero en estos años se ha venido refundando la idea de democracia como un sistema que otorga inclusión social y es eso lo más importante para las mayorías», explicó.
La fecha del 23 de enero siempre fue incómoda para el chavismo, que surgió y creció en el rechazo a los años de democracia bipartidista (1958-1998) que tacha de corrupta y generadora de inequidades. De hecho, Chávez, entonces un teniente coronel del Ejército, se dio a conocer el 4 de febrero de 1992 con una intentona golpista contra el expresidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez.
Preso durante dos años por esa fallida asonada, Chávez decidió emprender la vía electoral. Así, mediante comicios, obtuvo la presidencia y posteriormente la aprobación de una nueva Constitución, así como otras reformas, entre ellas la reelección ilimitada.
«La idea que va a estar en la calle este miércoles es la de la democracia directa, asociada con la lucha de clases, el concepto de que ser democrático es estar del lado de los pobres, sin cuestionarse mucho sobre la división de poderes, el pluralismo o la alternancia», consideró el sociólogo Tulio Hernández.
«Para el venezolano común la democracia es importante no tanto como un conjunto de reglas que permite la convivencia, sino por su capacidad como Estado benefactor», explicó a la AFP.
En contraste, la opositora Mesa de la Unidad se propone con su acto político «reafirmar el compromiso con la democracia, con la libertad y con el respeto a la Constitución y las instituciones», según Tomás Guanipa, uno de sus dirigentes.
Sobre esa idea, Hernández refirió que en la oposición, que incluye a importantes sectores de las clases medias, «hay más personas que valoran de la democracia el tema de las libertades». «Los sectores de ingresos medios, al no tener tantas presiones económicas, lo que más resienten son las restricciones a las libertades», dijo.
AFP