Sin su máximo impulsor, el presidente venezolano Hugo Chávez, y con la participación estelar de Cuba, los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se reúnen este domingo y lunes en Santiago, en la cumbre fundacional del mayor foro regional sin Estados Unidos ni Canadá.
Lanzada en diciembre de 2011 en Caracas a instancias de un Chávez ya enfermo de cáncer, la Celac es la culminación de un proceso de afirmación política de América Latina ante Estados Unidos, que comenzó en 1982 con el grupo de Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela), para buscar una solución negociada a los conflictos centroamericanos.
Antes de abarcar toda la región y tras el fin de las dictaduras militares en el Cono Sur, el proceso fue reforzado por Argentina, Brasil, Perú y Uruguay.
Cuba, plenamente reintegrada al ámbito regional mientras Washington insiste en aplicarle un embargo comercial que ya dura medio siglo, asumirá en la persona de su líder Raúl Castro la presidencia pro témpore de la Celac, el máximo reconocimiento diplomático regional que ha recibido hasta ahora.
«América Latina está viviendo un verdadero renacimiento, porque ha aprendido de sus errores», dijo el presidente chileno Sebastián Piñera, en un encuentro con la prensa extranjera.
Con un crecimiento de 3,1% en 2012 y una expansión estimada de un 3,6% para este año, la región vive uno de sus mejores momentos, aunque persisten sus desigualdades sociales.
En ausencia de su máximo promotor, hospitalizado en Cuba desde hace un mes y medio, tras la cuarta operación de cáncer a la que fue sometido el 11 de diciembre, el futuro de la Celac es una incógnita.
«Hay un gran signo de interrogación de que Celac pueda prosperar sin Chávez», comentó a la AFP el analista internacional de la Universidad de Chile, Ricardo Israel.
«Celac no tiene infraestructura, lo que le quita poder, y sin la fuerza de su principal impulsor no se sabe hasta dónde puede llegar», agregó.
Los líderes de los 33 países de la Celac buscan, no obstante, que éste no sea otro vano intento de integración, en una región con diferencias políticas y de modelo económico.
«Nuestros esfuerzos de integración no han estado a la altura de lo que se requiere y se merece América Latina», reconoció Piñera.
Durante la última década, la elección en varios países de gobiernos de izquierda, con inflexiones diferentes, más moderada en Brasil, Argentina, Uruguay, El Salvador, más radical en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, dio un nuevo impulso a la creación de la Celac, pasando previamente por la formación de la Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR).
También, el mejor entendimiento en los últimos años de estos gobiernos de izquierda con gobiernos conservadores, como el de Juan Manuel Santos de Colombia, el de Felipe Calderón en México y el del propio Piñera, favoreció su formación.
«La integración latinoamericana es la búsqueda del equilibrio a estas tensiones que hay hoy en América Latina. Celac tiene de los dos», dice a la AFP Fernando Laiseca, especialista de integración regional de la Universidad Adolfo Ibáñez.
«El objetivo de Celac es darle un poco de orden a los distintos procesos de integración», agregó en alusión al Mercosur y al nuevo Pacto del Pacífico.
Cuba ocupará la presidencia durante un año, en aplicación de un acuerdo alcanzado en Caracas que dividió el período de dos años con Costa Rica, como una forma de mantener los equilibrios.
La visita de Castro a Chile, de la que aún no se conoce su fecha de arribo, ha estado precedida no obstante de manifestaciones a favor y en contra del régimen cubano, azuzadas por un sector del oficialismo chileno que acusa a Cuba de «amparar» a los que acusa de haber asesinado al senador derechista Jaime Guzmán, acribillado en 1991, uno año después del retorno de la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet.
El único presidente que ha sido excluido es Federico Franco, de Paraguay, debido a la destitución el año pasado a través de un juicio político sumario de su predecesor, Fernando Lugo, por «mal desempeño de sus funciones». El ministro de Asuntos Exteriores paraguayo, José Félix Fernández, dijo que Chile pidió que la delegación paraguaya no asista.
Un tema aún no resuelto es cómo Celac convive con la Organización de Estados Américas (OEA), el organismo que bajo la hegemonía de Washington fue creado tras la segunda guerra mundial.
Si bien uno de los objetivos que llevaron al presidente Chávez a impulsar la creación de la Celac fue balancear los equilibrios regionales, otros mandatarios como Piñera creen que nunca su intención fue «reemplazar o sustituir» a la OEA.
«Son dos organizaciones distintas. Por supuesto que nosotros queremos modernizar, perfeccionar y potenciar a la OEA, pero Celac no es un proyecto para reemplazar o sustituir a la OEA», afirmó el mandatario chileno.
De momento, no está prevista una declaración específica sobre la situación política en Venezuela, que en esta cumbre estará representada por su vicepresidente Nicolás Maduro y por su canciller Elías Jaua.
Los presidentes de Colombia y Nicaragua podrían reunirse para tratar las discrepancias surgidas tras el fallo sobre límites marítimos dictado hace dos meses por la Corte Internacional de Justicia de La Haya y que el presidente Santos consideró que «vulneró muchos derechos de los colombianos».
El mandatario Evo Morales anunció por su parte que llevará a la cumbre el centenario reclamo de Bolivia a Chile de recuperar el acceso al mar que perdió en una guerra librada a fines del siglo XIX y que aún mantiene interrumpidas formalmente las relaciones diplomáticas entre ambos países.