Un total de 55 muertos dejó un motín carcelario en el noroeste de Venezuela, informó el sábado el hospital que atendió la víspera la emergencia, mientras en las afueras del penal unos 200 familiares aguardaban angustiados que las autoridades informaran sobre la situación en el interior.
«Estoy incomunicada, no sé nada de mi hermano (recluido en el penal): la última vez que hablamos fue anteayer», dijo a la AFP una mujer de mediana edad ubicada detrás del cordón de seguridad dispuesto a varios centenares de metros de la cárcel de Uribana, en el estado Lara.
«Lo que queremos es el listado de las personas que están vivas, los que están muertos», agregó esta mujer, quien como la mayoría de familiares se negaba a ofrecer su nombre.
Fuentes del ministerio de Asuntos Penitenciarios indicaron que la ministra Iris Varela ofrecerá una rueda de prensa en Lara, «en el transcurso del día», sin precisar la hora.
El director del Hospital Central Antonio María Pineda, Ruy Medina, dijo este sábado a la AFP que la cifra de muertos que yacen en la morgue local es de 55.
«Son 55 fallecidos, que ya están en la morgue», mientras que de los 90 heridos que se atendieron, «unos 30 con heridas de distintos tipos en todas partes del cuerpo» siguen hospitalizados, «evolucionando satisfactoriamente», dijo por teléfono Medina.
Medina había dado el viernes un saldo de al menos 50 muertos, lo que convierte el motín en uno de los episodios carcelarios más violentos en las últimas décadas en Venezuela.
El vicepresidente Nicolás Maduro indicó el viernes que el motín, que estalló durante una requisa de armas, había dejado un saldo «lamentable» de víctimas y que el gobierno había ordenado investigar lo ocurrido.
Situación incierta
La situación en el interior del penal el sábado en la mañana era incierta, a la espera del parte oficial.
«Hasta los momentos, no han sacado armamento, han sacado muertos», exclamó horrorizada una mujer de 52 años, cuyo hijo fue condenado a 13 años de cárcel por el robo de un vehículo.
Varios familiares explicaron además a la AFP que el director del penal había comparecido en la mañana del viernes para explicarles que la requisa tendría lugar de forma «pacífica».
Según dijo Medina, «aparentemente la situación (en el interior de la prisión) ya está en paz y sin mayores problemas».
La ministra Varela indicó el viernes que una requisa en busca de armas provocó un motín de un grupo de presos, que «arremetieron contra los efectivos de la Guardia Nacional».
Entre los afectados se encuentran presos, efectivos militares y custodios del centro, dijo Varela, que prometió un informe detallado cuando las autoridades tengan el «control absoluto» del penal.
La acción gubernamental para el «desarme total» de los reclusos se precipitó luego de que las autoridades supieron de supuestos «ajustes de cuentas entre las bandas internas que pugnan por el control del centro», señaló Varela, que culpó al canal privado Globovisión y a otros medios de «detonar» la violencia al difundir el operativo antes de que se pusiera en marcha.
«Fue una gran imprudencia por parte del ministerio, porque en la cárcel de Uribana no se hacían requisas desde el año 2009», criticó el director de la ONG Una Ventana a la Libertad, Carlos Nieto Palma.
«Ya los reclusos y sus familiares sabían desde el día jueves que se iba a a hacer una requisa», agregó a la AFP el responsable de esta ONG que vela por los derechos de los presos.
El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) consideró por su parte que la requisa «no estuvo debidamente coordinada ni aplicada por el personal de expertos en labores de este tipo, quienes hicieron uso desproporcionado de la fuerza».
Según el OVP, la cárcel de Uribana tiene una capacidad para 850 reos, pero actualmente alberga a unos 2.500. Además se halla bajo medidas provisionales de protección de la Corte Interamericana de Derechos Humanos desde 2007, que establecen que las autoridades deben velar por evitar la pérdida de vidas en su interior.
Insalubres, repletas y violentas
Las cárceles venezolanas sufren problemas de insalubridad, hacinamiento y violencia, y en muchos casos son controladas por bandas de reclusos fuertemente armados, que constantemente generan enfrentamientos internos.
En agosto del año pasado, al menos 25 personas fallecieron en un enfrentamiento entre bandas en la cárcel de Yare I, cerca de Caracas. En junio de 2011, un motín en el Rodeo, también cerca de la capital, dejó una treintena de muertos.
Según activistas de derechos humanos, en 2011 más de 500 reclusos perdieron la vida, mientras por ahora no se han divulgado datos sobre 2012.
El gobierno, por su parte, no difunde informes sobre la situación en las cárceles y la mayoría de sucesos violentos no son confirmados oficialmente.
Según cifras oficiales, hay casi 50.000 reclusos en Venezuela pero la infraestructura carcelaria sólo tiene capacidad para albergar a unos 14.000.