Si un joven de 18 años con su entorno socioeconómico adverso tiene esperanza, todos los demás debemos tenerla siempre y cuando vaya acompañada de esas acciones que aporten al crecimiento, no sólo personal, sino colectivo. Sí hay buenas noticias, Jhon Cisneros es una de ellas
Tomaba un café con Enrique Guart, mientras conversábamos y analizábamos cosas que no deberían suceder en nuestro amado país. De manera sorpresiva, al punto de ocasionarme un susto, el mesonero atravesaba su cara sonriente frente a mí, descubriendo agradado que era “la doctora Mónica de Se Ha Dicho”. Sus ojos brillaban con una absoluta sinceridad, como para reconocer que no estábamos frente a un seguidor cualquiera, sino de alguien que en pocos minutos nos haría convencernos que no todo es malo, que por el contrario hay muchas cosas buenas que no tienen espacio en las noticias o que pasan desapercibidas por la cotidianeidad de lo malo y negativo.
El joven mesonero de ojos brillantes es muy delgado, de tez morena y un léxico impecable. Cada palabra estaba bien dicha, oraciones completas, coherentes, con un vocabulario mejor que el de muchos estudiantes del último año de carrera de derecho. Tiene 18 años y vive en el Barrio Unión de Petare, en el Municipio Sucre, uno de los más violentos de Latinoamérica, donde según nos contó, ha visto cosas irrepetibles, con las que no está de acuerdo y que lucha por cambiar día a día, no sólo con una manera de ser distinta, sino con acciones constantes en su comunidad y su entorno, donde insiste en convertirse en un consejero, un mediador, un conciliador y hasta en un acompañante de aquellos a quienes se les han violado sus derechos. Trabaja en el informativo de la Radio Social de Petare, CRP 91.5 FM.
Lección de ciudadanía
No paraba de hablar mientras sonreía y contaba cada capítulo de Se Ha Dicho en los que, según él, había aprendido más, porque él quiere ser no sólo abogado, sino también comunicador. “Amo la comunicación y durante toda mi vida he ayudado a los demás por eso me leo todas las leyes y se las explico a la gente para que sepa qué hacer”, contaba con orgullo.
Su energía y su ilusión estaban acompañadas de una convicción real esperanzadora de que era posible cambiar la violencia por el diálogo, la injusticia por la justicia y el mal por el bien, tan solo contando con voluntad y el compromiso. Nos narró sus aventuras en el liceo, donde veía “cosas que no debían suceder” y como el mantenía su actitud de mensajero de paz en un espacio donde la violencia era la regla; él siempre era allí una extraña y sorpresiva excepción.
Era impactante ver a ese joven distinto, educado, ilusionado y comprometido con un futuro lleno de valores y principios. Nos mirábamos atónitos pensando que Jhon Cisneros, así se llama esta buena noticia, nos estaba dando una lección de ciudadanía, invitándonos a contagiarnos de esa energía arrolladora que parecía sacada de un guión de película. De esos seres humanos que uno ya creía estaban en absoluta extinción.
Recitaba la Lopnna, casi de memoria, porque la está utilizando para ayudar a un vecino y amigo a quien su expareja le prohíbe ver a su hijo. Jhon le explicó sus derechos y lo impulsó a ejercer acciones, pero no solo eso, sino que lo va a acompañar movilizando hasta miembros de su comunidad, en defensa de esos derechos que claramente han sido violados.
Joven ejemplar
Con mucho ímpetu, aseguraba que a pesar de que mucha gente se burlaba de él por su manera correcta de hablar, por sus ideas y por sus luchas, él no abandonaría el camino que había decido tomar de convencer a otros de ser buenos ciudadanos. Agradecía la formación de su madre quien siempre les ha insistido, a él y sus hermanos, que había que ser educado, por eso dice gracias, por favor, buenos días, permiso y recitaba otras tantas palabras que pareciera han desaparecido del diccionario, de muchos venezolanos.
Lo más importante es que jamás dudó en contarnos cuál será su camino ciudadano y profesional, siempre en beneficio de los demás. Qué diferente es Jhon Cisneros de esos jóvenes que muchas veces criticamos por groseros, pendencieros y desentendidos con las realidades de nuestro país. No mencionó discotecas, rumbas, playas, sino trabajo, estudio, familia, valores, principios, derechos, deberes.
Él demuestra que no todos son iguales, que hay quienes aún en medio de circunstancias adversas crecen y se convierten en mejores personas que aquellos que tienen a la mano todo para ser felices y perfectos, seguro con menos compromiso y sentimientos que Jhon.
En pocos minutos habíamos desarrollado toda una entrevista digna de colocar en cadena nacional y de página completa de cualquier diario de este país para contagiar a los incrédulos que están convencidos para mal que hay un futuro digno para este país golpeado por una involución permanente de la ciudadanía y el extravío de los principios y los valores.
Compromiso por el país
Algo importante que no puedo pasar por alto, nunca se mencionó la política, ni la del oficialismo ni la de la oposición. Si un joven de 18 años con su entorno socioeconómico adverso tiene esperanza, todos los demás debemos tenerla siempre y cuando vaya acompañada de esas acciones que aporten al crecimiento, no sólo personal, sino colectivo. Sí hay buenas noticias, Jhon Cisneros es una de ellas.
Fue un café lleno de energía, sellado con el compromiso de seguir dando todo por este país, transformando toda adversidad en una oportunidad para crecer. Hacer cesar el auto flagelamiento colectivo es importante y buscar lo bueno en cada rincón es imprescindible, pues cada buena noticia se traduce en futuro, en democracia, en libertad y justicia.
TIPS PARA QUE TE DEFIENDAS
1.-Debemos desarrollar más noticias e información que resalten las actividades locales más relevantes, que pongan en evidencia el desarrollo de líderes comunitarios que con sinceridad trabajan por la comunidad, inclusive muchas veces fuera de la partidización.
2.-Hay que contagiar a la gente de un espíritu de acción desde lo individual. No es posible que sigamos esperando a un Mesías que nos saque de la noche a la mañana de los problemas más cotidianos. Por el contrario cada quien en su espacio, en su ámbito, con sus propias herramientas, puede cambiar su entorno y aportar al crecimiento colectivo.
3.-El estímulo en población infantil y adolescente debe ser constante. Enseñarlos a no depender y a aportar en pro de los demás es relevante en tiempos de egoísmo y de confrontación. El desarrollo de pensamientos y criterios propios así como la oportunidad de opinar y generar discusiones sobre temas sociales y problemas va más allá de los textos escolares y la programación académica.
4.-Se deben desarrollar más y mejores ejercicios de participación ciudadana. Lejos de temer a grupos organizados, quienes participan en actividades de gobierno deben oír, involucrar y hacer partícipes a ciudadanos con buenas ideas y críticos, del desarrollo de los proyectos en beneficio de las comunidades.
Para que te defiendas
Mónica Fernández
Twitter: @monifernandez