Comisión de arquitectos junto a un equipo de ingenieros expertos en patología arquitectónica ya se encuentra evaluando las condiciones en las que se encuentran estos espacios y de esta forma dieron inicio a la restauración de la antigua estructura hotelera
Luego de una ardua cruzada que se mantuvo por muchos años, los Consejos Comunales, movimientos sociales y población en general de la parroquia Macuto cristalizan su esperanza en ver recuperadas las instalaciones del antiguo hotel Miramar, considerado su joya arquitectónica la cual el próximo mes de abril se presta a cumplir 84 años de existencia.
El pueblo organizado de Macuto, quienes impulsan una de las primeras Comunas en consolidación del país, se negó a ver perdida esa hermosa obra del arquitecto Alejandro Chataing, y hoy, muy contentos, celebran la iniciativa y gestión del gobernador Jorge Luis García Carneiro, al hacer positiva la restauración del emblemático Hotel Miramar.
«Nuestra propuesta es hacer del Hotel Miramar, un bien de interés cultural, un espacio para el desarrollo de toda actividad artística y cultural de la Comuna Socialista Guaicamacuto”, indicó la Vocera Martha Berroterán junto a otros representantes vecinales.
La rehabilitación recaerá bajo la responsabilidad de las arquitectas Virginia Vivas y Milagros Cohen de Pdvsa La Estancia, y de Teresa Montesano de la Alcaldía de Vargas quienes indicaron que la utilidad de la estructura una vez recuperada será acordada con las autoridades y la comunidad.
La comisión de arquitectos junto a un equipo de ingenieros expertos en patología arquitectónica ya se encuentra evaluando las condiciones en las que se encuentran estos espacios y de esta forma dieron inicio a la restauración de la antigua estructura hotelera
Marilín Álvarez, de la Comisión Territorial de la Comuna, recordó, cuando en un ala del hotel funcionó una casa cuna y jardín de infancia siendo ella usuaria desde 1.959 hasta 1.964. “aspiramos que esto se convierta en escuela de formación hotelera o museo”, asentó.
“El hotel fue inaugurado fastuosamente el día domingo 1 de abril del año 1928. El general Gómez no asistió a la inauguración porque se rumoraba que había una conspiración para matarlo. Representaron al Benemérito, el doctor Pedro M. Arcaya, ministro de Relaciones Interiores, doctor C. Jiménez Rebolledo, ministro de Guerra y Marina, doctor José Gil Fortoul, señores L. Vallenilla Lanz, director del Nuevo Diario; Efraín González, administrador de la Aduana, J.M. Herrera, coronel Roberto Ramírez, doctor Alejandro Chataing y muchas otras personalidades”.
LV