No había alarmas, extintores ni aspersores y casi ninguna forma de escapar del club nocturno que se convirtió en una trampa mortífera para más de 200 estudiantes universitarios brasileños.
Mientras los investigadores comenzaban a hurgar entre los escombros y las familias lloraban a sus muertos, abundan las preguntas en esta ciudad del sur de Brasil para tratar de entender, en primer lugar, cómo comenzó el fuego la madrugada del domingo, y en segundo, cómo fue que se extendió rápidamente fuera de control, desatando un incendio en el que murieron 231 personas.
¿Por qué había sólo una puerta de salida y entrada? ¿Cuál era el material inflamable en el techo que permitió que el siniestro se propagara tan rápidamente? ¿Por qué se permitió que una banda usara pirotecnia en el interior del club?. La Policía parece inclinarse a concluir que la pirotecnia fue la causa del incendio durante una fiesta en el club Kiss, organizada por varios departamentos académicos de la Universidad Federal de Santa María.
El inspector policial Antonio Firmino, quien forma parte del equipo que investiga el incendio, dijo que al parecer el techo del club estaba cubierto con una espuma aislante a base de un material combustible que se incendió con la pirotecnia y que había una segunda puerta que era «inadecuada», pues no sólo era pequeña, sino que estaba protegida con barrotes y no se podía abrir.
Centenares de personas marcharon pacíficamente frente al club nocturno la noche de este lunes para recordar a las víctimas y exigir justicia. Algunos portaban carteles con lemas como: «Que se cumpla la justicia de Dios».
La Policía brasileña informó que hay tres detenidos en relación con el incendio, mientras que el diario O Globo dijo en su cibersitio que una cuarta persona se entregó a las autoridades. Los medios locales dicen que están involucrados dos copropietarios del club y dos miembros de la banda musical que usó una máquina generadora de chispas dentro de las instalaciones cuando estalló el fuego.
Según los códigos de seguridad estatales, los clubes deben tener un extintor cada 140 metros cuadrados (1.500 pies cuadrados), así como varias salidas de emergencia. También hay límites que deben respetarse estrictamente en el número de personas admitidas. Nada de eso parece haber ocurrido en el club nocturno de Santa María.
Rodrigo Martins, guitarrista del grupo Gurizada Fandangueira, dijo en una entrevista este lunes a la red Globo TV que las llamas estallaron minutos después de que se utilizó un equipo pirotécnico que lanza chispas de colores, alrededor de las 2:30 am. «Sentí que algo se caía del techo, miré hacia arriba y vi que el fuego se extendía, y grité: ‘¡Mira, se está incendiando, se está incendiando!»’, dijo Martins.
Afirmó que el club estaba atestado con entre 1.200 y 1.300 personas. «Pensé que iba a morir ahí. No había nada que hacer, el incendio se propagaba y la gente de adelante gritaba», agregó.
Los testigos dijeron que los guardias de seguridad que no se enteraron de inmediato del fuego evitaron inicialmente que la gente saliera sin pagar. Los bares brasileños acostumbran que los clientes paguen sus cuentas antes de permitirles salir.
Dentro del club, las barreras metálicas utilizadas para organizar las filas de personas que ingresan o salen se convirtieron en trampas y las personas desesperadas quedaron atrapadas a unos metros de la salida. Había pilas de muertos en las rejas, donde las víctimas murieron asfixiadas o sufrieron fracturas por la muchedumbre que las había aplastado.
La mayoría de los muertos eran estudiantes universitarios de entre 18 y 21 años, pero también había menores de edad. Casi la mayoría de las víctimas murieron por inhalación de humo y no por quemaduras.
El ministro nacional de Salud, Alexandre Padilha, advirtió que el número de muertos podría subir considerablemente. El lunes dijo a la prensa en Santa María que 75 de los heridos se encontraban en condición crítica y podrían morir.
El alcalde de Santa María, Cezar Schirmer, declaró 30 días de luto por la tragedia, en tanto que Tarso Genro, gobernador del estado sureño de Río Grande do Sul, dijo que las autoridades investigan las causas del desastre.
El incendio es el que ha registrado el número más alto de muertos en Brasil después del ocurrido en 1961 en un circo en el que perdieron la vida 503 personas.
AP