El consumo de altas dosis de la vitamina B conocida como ácido fólico no aumenta el riesgo de desarrollar cáncer, lo que reduce las preocupaciones de los responsables de los programas de fortificación, revela un nuevo estudio.
Estados Unidos y Canadá dispusieron en 1998 la fortificación de las harinas con ácido fólico, luego de que su deficiencia en las embarazadas causara malformaciones fetales en el cerebro y la médula espinal.
De todos modos, la fortificación no es obligatoria en los países de Europa occidental, por ejemplo, porque preocupa que el ácido fólico extra aumente el riesgo de cáncer en la población por su papel en el crecimiento celular. Las células, incluidas las tumorales, necesitan folato (la forma natural del ácido fólico) para crecer y dividirse.
«Los resultados son una buena noticia», dijo Joshua Miller, investigador de Rutgers University, Nueva Jersey. Pero aclaró que aún existen suficientes dudas sobre los efectos del ácido fólico en el largo plazo, por lo que la población todavía «debería tener algo de cuidado» con su consumo excesivo.
Un equipo internacional combinó los resultados de 13 ensayos clínicos, en los que, al azar, los participantes habían consumido ácido fólico o un placebo, y se registró quiénes desarrollaron cáncer.
Los estudios incluyeron a un total de 50.000 voluntarios, seguidos durante unos cinco años en promedio. En ese período, al 7,7 por ciento de los usuarios de ácido fólico y al 7,3 por ciento de los usuarios de placebo se les diagnosticó un cáncer, una diferencia que podría atribuirse al azar, según publican los autores en The Lancet.
El consumo de ácido fólico tampoco estuvo asociado con un aumento del riesgo de desarrollar ciertos cánceres, como el de colon, próstata, pulmón o mama. La mayoría de los ensayos habían utilizado dosis diarias de entre 0,5 y 5 mg; un solo estudio había utilizado una dosis más alta (40 mg/día).
La cantidad total de ácido fólico que consume la mayoría de los estadounidenses a través de la harina fortificada es menor que 0,5 mg/día. Está naturalmente presente en la espinaca, los espárragos, la lechuga y otros vegetales verdes. El valor máximo diario recomendado es 1 mg.
«La conclusión es que en un período relativamente corto no surgieron beneficios ni daños», dijo el coautor de la revisión, doctor John Baron, de la Escuela Geisel de Medicina de Dartmouth, Lebanon, Nueva Hampshire.
Indicó que la mayoría de los cánceres demoran entre 10 y 20 años en desarrollarse, de modo que es difícil concluir con estudios cortos o un seguimiento breve si realmente existe o no una asociación entre el ácido fólico y la enfermedad.
«Posee una naturaleza dual, en la que el ácido fólico extra podría prevenir los cánceres, (pero) si el tumor aparece, sería como cualquier otro conjunto de células proliferativas, necesitarían folato para crecer», dijo Miller, coautor de un comentario publicado con el estudio.
Los autores coincidieron en que el estudio no debería ser la última palabra sobre los efectos adversos potenciales del ácido fólico. Por ahora la población debería evitar los suplementos por encima de las multivitaminas y los alimentos fortificados, agregó Miller.
«La gente debería saber que si comen cereales de desayuno, pan y pastas, está ingiriendo una buena cantidad de ácido fólico a través de los alimentos».
• The Lancet