Esta proteína representa más del 80 por ciento de la piel humana, y proporciona la elastina de la piel haciéndolo esencial para mantenerla firme
Nos miramos al espejo y parece que las arrugas se han multiplicado en poco tiempo y, aunque no somos conscientes de ello porque no nos causa dolor, nuestros huesos empiezan a fragilizarse. En una palabra, parece que nuestro cuerpo haya envejecido de golpe.
Aunque la mayoría conoce el colágeno por las cremas y tratamientos de belleza, tal vez no sepan que el colágeno es una proteína esencial para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y que su degradación es la causa principal de todas estas alteraciones y molestias.
El colágeno forma la estructura, el armazón, de muchos tejidos orgánicos, en especial los de las articulaciones, huesos y piel. Su especial disposición en forma de cadenas trenzadas, es la que aporta resistencia y elasticidad a todos estos tejidos. Con los años, nuestro colágeno se degrada y, en consecuencia, también se deterioran los tejidos de los que forma parte.
Por falta de colágeno
El cartílago recubre los huesos de la articulación a modo de cojinete, evitando el rozamiento de estos huesos. Cuando el colágeno que forma el armazón interno del cartílago articular se deteriora, este tejido va perdiendo grosor y se desgasta hasta que los huesos de la articulación rozan entre sí, provocando dolor. Este dolor, que empieza siendo moderado y puntual, con el tiempo se hace más intenso y constante. Es lo que conocemos como artrosis.
La artrosis es el resultado de la degradación de los tejidos de la articulación, especialmente del cartílago articular, provocada por la edad, el sobreuso, traumatismos o sendentarismo. Por eso afecta básicamente a personas a partir de los 45- 50 años, a los deportistas y a los que llevan una vida sedentaria. Durante la lactancia, la leche materna o la de sustitución aportan a nuestros bebés el calcio necesario para endurecer sus huesos. En la infancia y juventud esta calcificación se mantiene mediante el aporte de calcio proveniente de otros alimentos.
Sin embargo, cuando llegamos a la madurez, la malla de colágeno empieza a degradarse y a perder densidad, de manera que, por mucho calcio que tomemos, las sales cálcicas no tienen suficiente estructura de colágeno donde fijarse y el calcio se pierde y el hueso se fragiliza (osteoporosis).
A todos nos tocará
Con el paso de los años el colágeno empieza a degradarse, la piel pierde grosor, turgencia y elasticidad, y empiezan a marcarse las temidas arrugas.
Todas estas dolencias o alteraciones relacionadas con la degradación del colágeno, afectan tanto a hombres como a mujeres. Sin embargo nosotras, las mujeres, empezamos a padecerlas antes y de forma más brusca, debido a que este proceso se acelera con la disminución de los niveles hormonales ligada a la menopausia. Así, entre los 45 y 60 años, la incidencia de la artrosis y la osteoporosis es mayor en las mujeres que en los hombres, pero la artrosis alcanza niveles del 80% para ambos sexos cuando llegamos a los 80 años y la osteoporosis de columna llega casi el 100% para los mayores de 90 años. Es decir, la degradación del colágeno y sus consecuencias, tarde o temprano nos afectan a todos.
¿Cómo recuperarlo?
Afortunadamente, numerosos estudios científicos, efectuados con toda rigurosidad por equipos de investigación de diferentes países, demuestran que podemos ayudar a la regeneración de nuestro colágeno de una forma muy sencilla y natural, sin contraindicaciones ni efectos adversos, complementando diariamente nuestra dieta con 10 grs (el contenido de una cuchara sopera colmada) de un colágeno oral muy asimilable. Los estudios clínicos, realizados también con todo rigor y con control de significancia estadística, han demostrado que esta práctica reduce el dolor articular de desgaste, las arrugas dérmicas y los marcadores de destrucción ósea.
El colágeno es una proteína animal. Los llamados colágenos vegetales son también macromoléculas fibrosas pero no están formados por proteínas sino por carbohidratos y no tienen las propiedades de salud del colágeno. Esta proteína debería formar parte de nuestra alimentación, sin embargo, la dieta actual es muy pobre en colágeno, especialmente en colágeno asimilable. Son ricos en colágeno asimilable algunos platos de la cocina tradicional como caldos de carne o de pescado, callos, paticas de cerdo, pero éstos requieren largos tiempos de preparación y suelen contener grasas.
Actualmente ya podemos encontrar en farmacias y dietéticas un complemento alimenticio formado exclusivamente por colágeno natural muy asimilable, que no contiene azúcares, otros carbohidratos, ni grasas. Está libre de conservantes, colorantes y alergénicos. Es compatible con la toma de cualquier medicamento o complemento alimenticio y carece de efectos secundarios adversos. Pueden tomarlo también personas enfermas, exceptuando las que requieran dietas bajas en proteínas (enfermedades renales o hepáticas graves). www.ellayelabanico.com
Restauración natural del colágeno
• Añada a su dieta porciones diarias de naranjas, limones, fresas y brócoli para la producción de colágeno
• Evite la exposición al sol y al humo, use un protector solar y no fume
• Consuma productos de soya, como leche de soya o queso de soya
• Dese un masaje facial moviendo en círculos el dedo índice, anular y medio a lo largo de toda su cara
• Coma salmón, atún, nueces de la India, frutos secos y otras fuentes de ácidos grasos insaturados
• Beba té verde a base de hierbas
• El aceite de aguacate estimula la producción de colágeno, hidrata la piel y ayuda a reducir los defectos causados por daños previos o edad.
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