BAGDAD. Un suicida con bomba atacó el lunes a una milicia vinculada al Gobierno en Irak, matando a 22 personas en un aparente intento de los insurgentes suníes por avivar el descontento social contra el primer ministro chií, Nuri al Maliki.
Vestido con ropa de civil, el atacante se infiltró en un encuentro de combatientes de la tribu Sahwa y detonó sus explosivos cuando los miembros del grupo recibían sus salarios en Taji, un pueblo 20 kilómetros al norte de la capital Bagdad, dijo la policía.
Se trata del séptimo atentado suicida en Irak en un mes, una señal de que los insurgentes suníes quieren expandir su campaña para avivar las tensiones contra el Gobierno de Maliki, que pertenece a la mayoría chií del país.
La violencia está creciendo en Irak poco más de un año después de que Estados Unidos retirara sus tropas del país, donde las facciones chiíes, suníes y kurdas aún tienen problemas para resolver cómo comparten el poder.
«Recibimos una llamada de que había habido una enorme explosión en la sede de Sahwa en Taji. Los (miembros de) Sahwa estaban allí para retirar sus salarios», dijo el funcionario policial local Furat Faleh.
«Cuando corrimos al lugar (…) yacían personas ensangrentadas y había dinero desparramado en medio de charcos de sangre», agregó.
Los combatientes tribales suníes de la milicia Sahwa – Hijos de Irak – son ex insurgentes que decidieron enfrentarse al brazo local de al Qaeda en el bastión suní de Anbar en el cénit del conflicto en Irak, apoyando al Gobierno y a las tropas de Estados Unidos para cambiar el curso de la guerra en la zona.
Los Sahwa son ex insurgentes que decidieron enfrentarse al brazo local de Al Qaeda en el bastión suní de Anbar en el punto cumbre del conflicto en Irak, apoyando al Gobierno y a las tropas de Estados Unidos para cambiar el curso de la guerra en la zona.
Ningún grupo se adjudicó la responsabilidad por el ataque del lunes, pero una milicia rebelde local vinculada a al Qaeda, el Estado Islámico de Irak, ha apuntado con frecuencia a Sahwa, prometiendo recuperar el terreno perdido durante la prolongada lucha contra las fuerzas iraquíes y estadounidenses, e instó a los suníes del país a levantarse en armas contra Maliki.