«Los médicos de esos pacientes a menudo dicen que sus atentidos se quejan más si engordan y que esas quejas disminuyen cuando bajan de peso», dijo el doctor Eivind Ness-Jensen, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología de Levanger
NUEVA YORK. Los pacientes con sobrepeso y reflujo gastroesofágico mejorarían si adelgazan. En el estudio poblacional HUNT, de Noruega, la pérdida de peso corporal estuvo asociada con una reducción de los síntomas y un aumento de la efectividad del tratamiento antirreflujo.
«Los médicos de esos pacientes a menudo dicen que sus atentidos se quejan más si engordan y que esas quejas disminuyen cuando bajan de peso», dijo el doctor Eivind Ness-Jensen, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología de Levanger.
«Aun así, la evidencia científica no es concluyente», agregó.
En un estudio publicado en The American Journal of Gastroenterology, el equipo de Ness-Jensen revisó información de 9.299 participantes de un estudio que tenían algún síntoma de reflujo y de 1.553 participantes con síntomas graves.
En el análisis de los datos crudos, el descenso de peso estuvo asociado a la pérdida o reducción de los síntomas del reflujo. Entre los que tomaban fármacos antirreflujo menos de una vez por semana (o no los usaban), la desaparición de los síntomas eran dos veces más frecuente en los que adelgazaban más de 3,5 unidades de IMC que en los que perdían 0,5 unidades.
Entre los que usaban fármacos una vez por semana o más, esa probabilidad casi se cuadruplicaba.
Los resultados variaron en las personas con síntomas graves. En este subgrupo, adelgazar no parecía influir con el uso de fármacos antirreflujo por lo menos de una vez por semana, pero la posibilidad de que los síntomas disminuyeran o desaparecieran mejoró, respectivamente, 2,12 y 3,11 veces.
«La mayoría coincide en que el sobrepeso es un factor de riesgo de aparición de los síntomas de reflujo gastroesofágico (SRGE), pero se desconoce si adelgazar los reduce -dijo Ness-Jensen-.
Demostramos en una población grande, sin seleccionar, que el descenso de peso está asociado con una mejoría de los SRGE y que a mayor descenso, mayor probabilidad de mejoría.»
Consideró que se debería alentar a los pacientes con sobrepeso a perder unos kilos, «lo que reduciría los síntomas y la necesidad de fármacos».
El autor mencionó también algunas amenazas del uso prolongado de los medicamentos antirreflujo. No sólo es un gasto para el paciente y la sociedad, sino también «el tratamiento prolongado con los inhibidores de la bomba de protones está asociado con varios efectos adversos, como el aumento del riesgo de adquirir neumonía, infecciones enterales (en especial, por Clostridium difficile) y de fracturarse la cadera (por una inadecuada absorción del calcio)».
Por otro lado, Ness-Jensen agregó que «adelgazar podría disminuir la necesidad de utilizar tratamientos prolongados y, junto con el cambio del estilo de vida, es beneficioso para la salud general».
Reflujo gastroesofágico
Es una afección en los contenidos estomacales (alimento o líquido) se devuelven desde el estómago hacia el esófago, el conducto que va desde la boca hasta el estómago. Esta acción puede irritar el esófago, causando acidez y otros síntomas.
Causas
Cuando usted come, el alimento pasa desde la garganta hasta el estómago a través del esófago (también llamado el conducto del alimento o el tubo de deglución). Una vez que el alimento está en el estómago, un anillo de fibras musculares impide que el alimento se devuelva hacia el esófago. Estas fibras musculares se denominan esfínter esofágico inferior o EEI.
Si este músculo del esfínter no cierra bien, el alimento, el líquido y el ácido gástrico pueden devolverse hacia el esófago, lo cual se denomina reflujo o reflujo gastroesofágico. El reflujo puede causar síntomas o incluso dañar el esófago.
Entre los factores de riesgo para el desarrollo del reflujo están:
• Alcohol (posiblemente)
• Hernia de hiato (una afección en la cual parte del estómago pasa por encima del diafragma, el músculo que separa el tórax de la cavidad abdominal)
• Obesidad
• Embarazo
• Esclerodermi
• Tabaquismo