Las acusaciones de corrupción del chavismo contra el partido del líder opositor Henrique Capriles han crispado el debate político en el país y generado acusaciones mutuas de cortinas de humo en un escenario marcado por la ausencia desde hace dos meses del gobernante, Hugo Chávez.
El presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento unicameral) Diosdado Cabello solicitó esta semana una investigación al partido Primero Justicia (PJ) por corrupción, mientras la oposición replicaba que las acusaciones del chavismo se hacían con miras a desmontar posibles escenarios electorales y legitimarse ante la ausencia del líder.
Analistas consultados por Efe coinciden en que existe una necesidad del chavismo de poner un velo al hecho de que el jefe de Estado no está en el país y que, convaleciente en Cuba, no ha sido visto por los venezolanos ni en fotos y tampoco se ha dejado oír a través de llamadas telefónicas.
Aunque Cabello señaló específicamente a tres diputados del PJ por supuestamente incurrir en prácticas corruptas por recibir cheques no declarados para las campañas electorales del año pasado, Capriles pasó este jueves a engrosar la lista de los «investigados», algo que ya el líder opositor se esperaba.
Horas antes de que se conociera que también sería objeto de averiguaciones, Capriles dijo que «nadie» debía confundirse porque el único objetivo de la investigación es ir por él.
Para el presidente de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, lo que se ha visto en el Parlamento con la presentación de estas denuncias «es la puesta en escena» de un chavismo que quiere desviar el tema central «que es que el presidente Chávez no está».
El analista señaló a Efe que aunque se pudiera inferir que el chavismo no está en peligro porque controla al país «institucionalmente» y popularmente, los representantes del Gobierno saben que el tiempo juega en contra «si Chávez no aparece» y de ahí que ahora surjan temas que acaparan la atención. El chavismo entonces, según León, intenta protegerse de cualquier evento potencial que pudiera ocurrir en el tiempo en el escenario de un presidente operado y hospitalizado desde el 11 de diciembre de una cirugía de un cáncer.
La diputada de Primero Justicia, Dinorah Figuera, dijo a Efe que «el trasfondo» de estas acusaciones es que el vicepresidente, Nicolás Maduro, cabeza del Gobierno mientras Chávez se recupera, y Cabello están adelantándose a un futuro escenario electoral que se pueda convocar por la ausencia de Chávez.
«No es lo mismo sacar seis millones y medio de votos (los que obtuvo Capriles en las elecciones presidenciales pasadas equivalente a 44,39 % de los sufragios) con Chávez, a un escenario sin Chávez», apuntó la diputada, asegurando que el Gobierno siempre ha ganado más votos cuando «radicaliza» su posición.
El vicepresidente de la Comisión de Contraloría de la AN que lleva la investigación, el diputado oficialista Jesús Montilla, dijo a Efe que quienes quieren «desviar la atención» son los militantes de Primero Justicia; «una conducta propia de quienes se manejan de forma irregular tratando de señalar otras cosas», señaló.
Acusar y actuar en contra de los que denuncian es lo que según Montilla hacen en el PJ, aunque asumió que los hechos de presunta corrupción cometidos por el propio Gobierno que ha señalado la bancada opositora también deben ser investigados, como lo ha pedido el mismo Chávez.
«La oposición ha tratado de lanzar un pote de humo para tratar de tapar estos hechos pero ellos fueron agarrados con las manos en la masa y lo peor del caso es que ellos no han negado los hechos sino que han banalizado la denuncia», indicó el parlamentario.
Para el exministro y periodista Teodoro Petkoff las denuncias y acciones radicales por parte del Gobierno demuestran que Cabello y Maduro están «tratando de afirmarse en su propia base», evidenciar que son «absolutamente legales» y «demostrar que pueden ejercer un liderazgo por su cuenta».
Según Petkoff las cabezas visibles del Gobierno venezolano quieren imitar el estilo de Chávez con estas acciones radicales como la denuncia contra el PJ, pero aclara que el gobernante «es único e inimitable». Para el también director del diario Tal Cual, la intención de Cabello no es tanto señalar a los miembros del PJ sino «tratar de atemorizar a los empresarios y gente que da plata a los candidatos» ante próximas campañas electorales.
EFE