El sucesor del papa Benedicto XVI, quien renunció este lunes inesperadamente por «falta de fuerzas», podría ser un latinoamericano y hablar español o portugués. La elección del nuevo Papa, que deberá realizarse a mediados de marzo, según las normas del código canónico, está llena de incógnitas.
El peso de América Latina, de donde proviene uno de cada dos católicos en el mundo (unos 500 millones sobre 1.200 millones de creyentes) será pues determinante en la elección y debe reforzar las posibilidades de que el nuevo Papa sea oriundo de la tierra de donde son originarios la mayoría de los católicos.
Benedicto XVI al decidir dimitir a su cargo, envió un mensaje claro a la jerarquía de la Iglesia: «Hay que ceder el paso, que se vayan los viejos», sostiene el vaticanista Marco Politi. «La iglesia necesita gente joven», dice el experto al enumerar los numerosos problemas y escándalos que marcaron el papado del Pontífice alemán sumado a la apretada agenda de trabajo para una persona anciana, de 85 años.
En el abanico de «papables» o candidatos a suceder a Benedicto XVI figuran también africanos, estadounidenses y asiáticos además de latinoamericanos. «Los papables, según la tradición de la iglesia, están en general por encima de las partes, ni continuistas, ni adversarios», recuerda un veterano experto en esos temas, Filippo Gentiloni, quien repite un viejo dicho italiano: «Quien entra al Cónclave como Papa sale cardenal».
En la danza de nombres y conjeturas que se hacen sobre el sucesor muchos tienen en cuenta ahora las cifras. El colegio cardenalicio, que deberá elegir al sucesor del primer pontífice alemán de la era moderna, está formado por 118 cardenales con derecho al voto, es decir con menos de 80 años de edad.
La mayoría de esos purpurados (67) fueron designados por Benedicto XVI, 51 recibieron el birrete cardenalicio de manos de Juan Pablo II y casi todos pertenecen a corrientes conservadoras dentro de la Iglesia. De 118 electores, 62 son europeos, de los cuales 28 son italianos. En total 19 provienen de América del Sur, 14 de América del Norte, 11 de África y 11 de Asia, y uno solo de Oceanía.
Al menos tres latinoamericanos, entre ellos, el hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, actual presidente de Caritas Internationalis, la mayor organización caritativa de la Iglesia, figuran en la lista.
Rodríguez Maradiaga es el típico exponente de la nueva jerarquía eclesiástica del continente, capaz de luchar por las desigualdades sociales y al mismo tiempo muy conservador en temas doctrinales.
Brasil, el país con el mayor número de católicos en el mundo, cuenta con «dos papables»: los cardenales Claudio Hummes y João Braz de Aviz, quien goza de enorme prestigio por su personalidad moderada al gobierno de la influyente Congregación para los Religiosos.
En el perfil del próximo pontífice entra una personalidad con mucho peso dentro de la jerarquía vaticana por el alto rango que ocupa: el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos, quien conoce bien América Latina, habla perfectamente español y fue rector en Colombia de un seminario.
Como es tradición, el arzobispo de Milán (norte de Italia), a cargo de una de las diócesis más influyentes, el cardenal Angelo Scola, también figura en la lista de «papables». «No elegirán un papa negro, ni un latinoamericano», aseguró a la AFP el veterano vaticanista Sandro Magister, quien ve con buenos ojos en el trono de Pedro al cardenal italiano de Milán así como al canadiense.
Pero la elección de un italiano, que por siglos aseguraron la mediación entre corrientes internas, podría ser descartada en cambio por los «electores» debido a las riñas y duros enfrentamientos de los últimos años, denunciados a través de documentos filtrados a la prensa con el escándalo «Vatileaks».
Entre los posibles sucesores figuran también purpurados con poca experiencia en el terreno diplomático pero que trabajan directamente con los fieles. Entre ellos el cardenal filipino Luis Antonio Tagle, de 55 años, carismático y dinámico, así como el africano de Ghana, Peter Turkson, prefecto del Consejo Pontificio «Justicia y Paz».
El retrato del futuro Papa, que deberá gobernar a la sombra de Benedicto XVI, algo inédito, deberá corresponder a una suerte de «conservador moderno», capaz de realizar importantes reformas y a la vez resistir a los rápidos cambios y exigencias del mundo moderno.
Mientras tanto, las apuestas se multiplican sobre su sucesor. Según la agencia de prensa italiana de juegos y apuestas Agipro News, los «bookmakers» británicos apuestan por un duelo entre Italia y África, a los que la agencia Paddy Power da respectivamente 2,75 y 3,00. Un duelo confirmado por la lista de nombres que circulan: el cardenal nigeriano Francis Arinze lidera con 2,90, seguido del ghanés Peter Turkson con 3,25 y el canadiense Marc Ouellet (6,00). El primer italiano es el arzobispo Angelo Scola (8,00), seguido del cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, actual número dos del Vaticano.
Lo que sí es posible es que la iglesia escoja a uno relativamente joven que sepa lidiar con el apoyo de la curia romana. Para saberlo habrá que esperar que el humo blanco suba de la Capilla Sixtina y las campanas de la iglesias de todo el mundo anuncien «Habemus Papam».
AFP