Larenuncia fue un gesto de humildad
ROMA. El cardenal Jorge Urosa Savino, descartó que la renuncia de Benedicto XVI sea para rehuir de los conflictos que hoy aquejan a la iglesia católica, abusos sexuales de los sacerdotes o intrigas entre autoridades del Vaticano. «No es que haya estado desilusionado o frustrado, simplemente que no tiene la fuerza física para gobernar», dijo.»La renuncia del papa Benedicto XVI fue un gesto de gran humildad, valentía y profundo amor a la Iglesia». Así lo aseguró el Arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Savino, quien aseguró fue sorprendido por la decisión del Pontífice. «Eso no estaba en el horizonte», dijo.
«El jueves pasado estuve en una asamblea del Pontificio para la Cultura en Roma y el Papa nos dio una audiencia a todos los obispos. En esa reunión a nadie le paso por la mente la posibilidad de que Benedicto XVI, días después presentaría su renuncia al Vaticano. Cuando llegue a Maiquetía (el lunes de Carnaval) fue un asombro total», comentó el Arzobispo de Caracas. Durante un videochat publicado por un medio impreso, el cardenal Urosa Savino, descartó que la dimisión de Benedicto XVI sea para rehuir de los conflictos que hoy aquejan a la iglesia católica, en referencia a los casos de abusos sexuales de los sacerdotes o intrigas entre las autoridades del Vaticano.
«No cabe duda que los problemas que rodean a la iglesia son sumamente desagradables y eso debe pesar en el ánimo del Papa en el sentido que le ha causado un gran dolor pero hay que tomar en cuenta que Benedicto XVI no rehúye a los problemas. El Pontífice es un hombre recio, de temple muy fuerte y de una gran voluntad que ha demostrado al afrontar esas situaciones directamente», precisó. El cardenal Urosa Savino expresó su profunda admiración por el Pontífice «porque no se ha aferrado al poder y ha reconocido que no tiene el vigor suficiente para llevar adelante el trabajo que requiere atender la vida de la iglesia» y explicó que las actividades que realiza el papa Benedicto XVI «son intensas, requiere de una exigencia física muy grande para una persona que tiene 86 años de edad». «Eso ha pesado mucho en su decisión. Benedicto XVI es un hombre con fuerza de voluntad y temple para resolver problemas pero físicamente ya siente que la fuerza se le acaba», insistió.
Agencias