Las liberaciones fueron confirmadas en comunicados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), cuyos delegados recibieron a los cautivos en dos distintos puntos del país
BOGOTA. La guerrilla de las FARC liberó a dos secuestrados y el ELN posteriormente liberó a otros cinco, incluyendo dos peruanos, pero mantuvieron cautivo a un ciudadano canadiense.
Las liberaciones fueron confirmadas en comunicados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), cuyos delegados recibieron a los cautivos en dos distintos puntos del país.
La entrega de los secuestrados es un reclamo permanente del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, que lleva desde fines de 2012 diálogos de paz con las FARC en La Habana, mientras el ELN ha dicho estar dispuesto también a negociar, aunque aún el gobierno no indica si los incluirá en la misma mesa o llevará contactos separados.
La primera liberación se produjo al mediodía y fue la de los policías Víctor Alfonso González, de 26 años, y Cristian Camilo Yate, de 21, en una zona rural del departamento de Cauca, al suroeste colombiano, y que estaban en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia desde el 25 de enero pasado.
Por la tarde, fue la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional la que dejó en libertad en una zona del norte del país a los peruanos Javier Leandro Ochoa y José Antonio Mamani y los colombianos William Batista, Manuel Zabaleta y Alexis López.
El comunicado del CICR no mencionó al canadiense Gernot Wober, que fue retenido junto a los peruanos y colombianos y que según han dicho autoridades policiales colombianas los rebeldes buscarían quedarse con él en busca de un pago de rescate.
El presidente Santos dijo en un mensaje de Twitter «es inaceptable que no este libre el ciudadano canadiense» y dio la bienvenida a la entrega de los peruanos y colombianos.
Ese grupo fue secuestrado en un campamento minero 18 de enero en una zona rural del municipio de Norosí, departamento de Bolívar, a unos 435 kilómetros al norte de Bogotá.
La empresa minera Braeval Mining Corp., con sede en Toronto, Canadá sólo ha indicado que tres empleados de la compañía y dos consultores estaban trabajando en su mina de oro La Nieve y en un proyecto de plata cuando fueron retenidos. No identificó a los secuestrados ni mencionó al sexto plagiado, un colombiano.
El canadiense Wober es vicepresidente de exploración de la Braeval Mining Corp, según información de la página de internet de la empresa.
La entrega de los cinco trabajadores mineros se produjo luego de que el 12 de febrero el ELN dijera en un comunicado que «libera» a los peruanos y colombianos. En aquel momento tampoco mencionó al ciudadano canadiense, mientras las autoridades aseguraban que el grupo seguía cautivo porque no los localizaban ni habían llegado a ningún caserío, hasta que su entrega se concretó en la jornada.
El general Juan Pablo Amaya, comandante de la II División del Ejército con jurisdicción en la zona donde el ELN entregó al grupo, dijo en diálogo telefónico que los liberados salieron de una zona rural en un helicóptero con los delegados del CICR y primero llegaron a la localidad de Barrancabermeja, en el departamento de Santander y a unos 265 kilómetros al noreste de Bogotá. De allí los peruanos volaron a Bogotá y los colombianos a sus respectivos poblados. Dijo desconocer cuándo podrían regresar los peruanos a su país.
Amaya, que recibió al grupo en Barrancabermeja, dijo que los liberados le dijeron no saber las razones por las cuales el ELN mantuvo cautivo al canadiense, pero que en su opinión es por razones extorsivas. «Naturalmente para el ELN…el secuestro es una forma de lucro» al cobrar rescates por los plagiados.
El ELN, aparte del ciudadano canadiense, también tienen en su poder a los hermanos alemanes Günther Otto Breuer y Uwe Breuer, de 72 y 69 años, respectivamente. Los germanos, jubilados y que estaban de paseo por Colombia, según su gobierno; fueron plagiados en noviembre pasado en una zona de Norte de Santander, al noreste del país y en la frontera con Venezuela.
Ahora se espera que en los próximos días las FARC entreguen a la ex senadora Piedad Córdoba y al CICR en otro punto del suroeste del país al soldado Josué Alvarez Meneses, de 19 años, que retuvieron durante un combate con tropas del ejército el 29 de enero en el municipio de Policarpa, departamento de Nariño y a 530 kilómetros al suroeste de Bogotá.
Rebeldes le dijeron al policía González que agradeciera que se mantenían diálogos de paz entre el gobierno y las FARC y que por eso la dirección rebelde había acordado la entrega porque si no, la retención hubiera sido «por años», según narró el agente a la televisora Telesur, con sede en Caracas, desde el sitio de la liberación.
Con las liberaciones «las FARC se apresuran a corregir el más grave error que han cometido en el proceso de paz iniciado en agosto pasado. El secuestro y la toma de rehenes son las acciones más repudiadas por la opinión pública colombiana. Eso quizás no lo ha entendido la guerrilla. Tal vez las masacres o el asesinato de personas inermes, o la misma muerte de soldados y guerrilleros en combate, sean hechos más profundos y más tenebrosos, pero la sociedad colombiana aún no lo siente así», dijo León Valencia, director ejecutivo de Nuevo Arco Iris, grupo dedicado al análisis del conflicto armado colombiano.
Ante la reacción de la opinión pública por las retenciones, el gobierno «hubo de reclamarle airado a la guerrilla» en la mesa de diálogos de La Habana. A la vez, las FARC dispusieron la rápida liberación de los uniformados porque «están empeñados en conjurar con prontitud los ruidos que perturben la marcha de las negociaciones», de acuerdo con Valencia en un artículo publicado en la página de Nuevo Arco Iris.
La entrega de los tres uniformados fue anunciada por las FARC en un breve comunicado el 2 de febrero y solo indicando que era una decisión de la jefatura rebelde dejarlos en libertad.