Juan Carlos Vidal
Con el transcurso del tiempo, cada día está más claro el engaño continuado al que han sometido a todo un Pueblo
No es novedoso el título del presente artículo de opinión. Desde hace años en Venezuela y en otros países, esa expresión es utilizada, sobre todo como un credo sagrado en la faena diaria de la Comunicación Social.
En nuestro caso lo usamos en las redes sociales como etiqueta para marcar o identificar, aquellas aseveraciones que son, o al menos consideramos, de incuestionable existencia.
Hoy con más espacio que los ciento cuarenta caracteres que nos permiten los mensajes en la red, utilizamos el “No Ocultarás” como denuncia frente a la situación cada día más delicada al que un grupo de fanáticos y adictos al poder han sometido a Venezuela, con el fin único de copiar un modelo extranjero, cuestionable, no porque venga de afuera, sino por sus características e intenciones anti democráticas.
Con el transcurso del tiempo, cada día está más claro el engaño continuado al que han sometido a todo un Pueblo.
Con clara premeditación y la anuencia de los Poderes Públicos, nos llevaron a una campaña electoral anticipada. Un adelanto extraño y sobrevenido que con buena música, tarima, luces y bien pagados cantantes, logró esconderle a la mayoría del electorado la realidad sobre un líder comprometido para ejercer sus responsabilidades públicas, no solo como candidato, sino más grave aún, como potencial Presidente.
Se gastaron cientos de miles de nuestros dólares para tapar lo delicado de la situación y condenar al país a la incertidumbre y a la provisionalidad futura.
Con artimañas, abusos comunicacionales, uso de recursos del Estado, videos ilegales, compra de conciencias, negociados, chantajes, miedo y pare usted de contar, nos negaron la posibilidad de un país con futuro y progreso.
Hoy, aunque siguen engañando, esta vez fabricando escándalos, amenazando y buscando peleas que les permitan ganar tiempo y esconder la realidad, ésta va filtrándose, como el agua cuando es libre.
En paralelo algo aún más grave ocurre en Venezuela: aumenta la inseguridad, la violencia, la impunidad, la inflación, la escasez y el “paquetazo neoliberal” (cuya autoría engañosamente le asignaron a Capriles durante la campaña), no lo aplican ellos mismos, como el mejor disfraz del Carnaval.
A pesar de ello, nuestro país está esperanzadamente condenado a progresar. Somos una nación joven, tenemos un líder joven a quien ahora más que nunca, debemos confiarle el timón para que junto a compatriotas de todos los sectores e ideologías, conduzcan el barco nacional a un futuro mejor. Se puede!