El regreso a Caracas coloca al presidente Hugo Chávez ante su postergada toma de posesión para un tercer mandato, que no pudo ocurrir el 10 de enero ante la Asamblea Nacional por su hospitalización en Cuba, y que debe realizarse en fecha por definir ante los jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
Una fuente del TSJ dijo este lunes a la AFP que el ente «está listo» para juramentar a Chávez «en cualquier momento» para su tercer mandato de seis años. «Lo único que se espera es la decisión del presidente y su equipo médico», quienes también determinarían si la ceremonia sería pública o privada y dónde podría realizarse, precisó la fuente.
El 5 de enero, el oficialismo anunció que Chávez, reelecto el 7 de octubre, no podría estar presente en su toma de posesión prevista para cinco días más tarde como marca la Constitución, y que lo haría más adelante, cuando estuviera en condiciones, ante el TSJ, que avaló por su parte la decisión. «Se ve más cercano el momento en que tome posesión del cargo», declaró a la AFP el politólogo Farith Fraija.
«Cuando médicamente pueda llevar a cabo la toma de posesión lo hará, pero no está obligado a hacerlo inmediatamente», agregó.
El politólogo John Madgaleno coincide en que la toma de posesión «podría estar más cerca con su regreso», pero advierte que la ceremonia no acabaría con «el debate de si va estar en capacidad para asumir las funciones de jefatura del Estado».
El sorpresivo regreso de Chávez, tras más de dos meses hospitalizado en Cuba, plantea un abanico de escenarios en función de la evolución de su estado de salud.
Según expertos, está la posibilidad de que tome posesión y luego renuncie, lo que provocaría una convocatoria de elecciones en un plazo de 30 días, que gobierne el tiempo que su salud se lo permita o, más remotamente, que se produzca su falta absoluta antes de asumir. «Si Chávez quiere que Maduro sea el encargado mientras se convocan elecciones, debería ratificarlo en la vicepresidencia tras asumir», como marca la Constitución, señaló Magdaleno.
Antes de partir a Cuba el 10 de diciembre para operarse por cuarta vez de un cáncer, Chávez designó a Maduro para que en caso de que él quedara inhabilitado para gobernar, asumiera la presidencia y organizara elecciones en el plazo de un mes, en las que sería el candidato oficialista.
El secretismo con el que se ha manejado el alcance del cáncer que sufre Chávez hace difícil predecir cuál será el próximo paso en la vida política del país.
Por lo delicado de su estado de salud, «veo muy alta la probabilidad de que juramente y renuncie», opina Magdaleno, que detalla que el TSJ podría trasladarse al hospital militar y tomarle posesión en una ceremonia privada. «La Constitución no establece que tenga que ser una ceremonia pública y visible», asegura.
El analista Luís Vicente León, director de Datanálisis, juzga de su lado con escepticismo el regreso de Chávez. «La presencia de Ch en el país no indica que vaya a estar activo…sólo que va a estar», escribió en Twitter.
«La incertidumbre sobre una posible elección presidencial adelantada permanece intacta, pese al regreso presidencial», agregó. León señaló empero que «con Chávez en Venezuela, el endoso emocional a Maduro se refuerza y alarga las conexiones de masas».
«Necesitan (el gobierno) producir una transferencia de un líder tremendamente carismático a unos líderes que todavía no tienen una personalidad pública suficientemente elaborada», coincidió Magdaleno. Sin embargo, el gobierno no ha mencionado hasta ahora públicamente la posibilidad de elecciones y sostiene que Chávez sigue al mando de la presidencia.
El domingo se publicó una de las primeras encuestas sobre intención de voto de los venezolanos en caso de unas presidenciales, que según la Constitución deberían celebrarse 30 días después de la renuncia de Chávez, o de su inhabilitación o muerte.
El sondeo, de Hinterlaces, arroja que el 50% de los encuestados votaría por Maduro frente al 36% que lo haría por el líder opositor, Henrique Capriles. En el caso improbable de que sobrevenga una falta absoluta de Chávez antes de asumir su tercer mandato, la Constitución prevé que quien debe asumir la presidencia y convocar a elecciones en 30 días es el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
AFP