El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, retomó sus habituales informes de los sábados, tras un mes de licencia del cargo por la campaña electoral y tras la «contundente» victoria por la reelección que consiguió el pasado domingo.
En su reaparición, el mandatario agradeció a sus compatriotas por la victoria electoral, de más del 57 por ciento de votos, según resultados aún preliminares, ante el 23 del opositor Guillermo Lasso, el segundo, y dijo que aspira a llegar a un centenar de legisladores en la Asamblea Nacional, de los 137 que forman ese foro.
Asimismo, convocó a los grupos políticos y sociales al diálogo, aunque dijo que no se sentará a conversar con aquellos opositores de «mala fe» que han «conspirado» contra su gestión.
El mandatario aceptó que en su Gobierno, que comenzó en enero de 2007, se han cometido errores, pero remarcó que no tiene que haber dudas en que en su país «ya no mandan los banqueros, ya no manda la partidocracia, aquí ya no manda el poder mediático, aquí ya no manda el Fondo Monetario ni la burocracia internacional».
«Con todos nuestros errores, aquí manda el pueblo ecuatoriano y eso es lo fundamental, porque podemos equivocarnos en el camino, pero no equivocarnos de camino», añadió el mandatario izquierdista que pregona el «socialismo del siglo XXI».