Un proceso de importación de insumos y materias primas puede tomar hasta seis meses, y eso genera sobre-costos que no solo afectan a los productores nacionales sino que afecta también al consumidor final
Indudablemente el ajuste cambiario es una variable necesaria y una fase previa para corregir algunas distorsiones en la economía del país. Pero, acto seguido, es urgente acompasar el control de cambios a la vertiginosidad de la dinámica económica actual.
Debemos aplicar una visión sistémica en la adopción de acciones. Por ejemplo, un proceso de importación de insumos y materias primas puede tomar hasta seis meses, y eso genera sobre-costos que no solo afectan a los productores nacionales sino que afecta también al consumidor final.
Veámoslo un tanto más en detalle. Si -en promedio- una importación en Venezuela dura seis meses, eso quiere decir que la industria necesita seis meses de inventario, para no dejar desabastecido un determinado espacio de mercado, esto tiene unos costos financieros muy altos, costos de infraestructura, costos de dinero parado, costo de almacenaje, costos de desperdicios, costos en seguridad para proteger la mercancía, cuando lo sumas, en algunos sectores es muy alto y esto incide en los precios finales.
A la inversa, si se redujeran los tiempos, las permiserías, la burocracia relacionada a la importación, almacenaje, transportes de materia prima, pudiéramos bajar los costos en un 50% en algunos rubros, sería un impacto importantísimo sobre los precios finales. Pudiéramos hacer de manera más económica la producción, ser más eficientes.
Hemos reconocido el fenómeno especulativo inducido por empresarios apátridas y hemos hecho reiterados llamamientos a que no se ajusten los precios en la misma proporción del porcentaje ajustado en el valor de cambio de nuestra moneda, porque es injustificable, además nos toca asumir cierta cuota de sacrificios.
A los consumidores los hemos conminado a no adquirir inventarios de productos más allá de los que necesite, en vista que genera un acaparamiento doméstico que termina afectando al propio consumidor y mantiene la percepción de que existe desabastecimiento. Asimismo le hemos recordado que tienen un gran poder de influencia en el circuito económico cuando evitan comprar productos a altos precios o en el mercado negro.
No obstante, es necesario que desde el Gobierno Bolivariano se continúen los esfuerzos destinados a generar mejores resultados en la administración y manejo de variables que inciden favorablemente en una mayor fluidez en el sistema productivo interno, lo que he llamado el sistema circulatorio de la economía, análogo al del cuerpo humano.
Miguel Pérez Abad