Ruperto Palma, quien es un dirigente social de los ejes de Plaza y Zamora en el estado Miranda, acudió a las oficinas del diario La Voz para emitir su opinión en torno a la situación actual que se está viviendo en el país, especialmente en el ámbito laboral.
Palma refirió que para el año 1945-1946 llegó la Junta de Gobierno, en la época anterior el campesino pagaba al dueño de tierra 3 fonega por almud del mejor maíz, un sueldo de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde horario de trabajo a 3 bs para el año 46. Se empezó a conseguir crédito en el Banco Agrícola y Pecuario al uno por ciento de interés, en esa época la junta de gobierno llamó a los intendentes que daban permiso para la tala y la quema, tenían que subir a caballo o en mula hacia el campesino a repartir planillas para créditos a los campesinos porque la banca les compraba lo que producía.
Posteriormente acotó que se abrieron escuelas, se le dio mejoras a la mujer para estudiar igual que el hombre y desempeñar los mismos cargos, igualdad de condición para la mujer y todo ello se hizo a través del congreso, » la ley del trabajo se le reconoció al trabajador lo mismo el 10 por ciento de la producción, ya se habían creado algunas escuelas cuando López Contreras ya que algunos estudiantes atacaban y ofreció 5 bs a quien laborara en el Ministerio de Obras Públicas», acotó el dirigente social.
Seguidamente dijo que para aquel entonces también empezaron a llegar empresas de afuera y se creó un fondo para los venezolanos que deseaban montar una empresa, «le hacían en galpón y le daban lo necesario para sus trabajos, esto lo hacía el estado venezolano y vinieron a acabar con lo que había», acotó Ruperto Palma.
Prosiguió sus apreciaciones indicando que un país se construye creando industrias que ofrezcan fuentes de trabajo para los ciudadanos, construyendo colegios y universidades, mantener los hospitales en óptimas condiciones, pagar un buen salario, todo el que trabaja tenga el derecho a un hogar, llevar a sus hijos a buenos colegios como ciudadano común.
Finalmente Palma reseñó que un país se destruye cerrando empresas, arruinando la siembra, abandonando el mantenimiento de las autopistas y vías rurales no dando protección al productor, no pagando al que trabaja, desmejorando las escuelas.
Patricia Terraza
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