Claudio Osorio, el empresario trotamundos que encabezó una compañía Fortune 500, enfrenta hasta 30 años de prisión después de declararse culpable de robar millones de dólares a inversionistas en su fracasada empresa para construir viviendas de bajo costo en Haití y otros países en desarrollo, así lo reseña un artículo Jay Weaver (jweaver@MiamiHerald.com) en El Nuevo Herald en Miami.
Osorio, un venezolano que en una ocasión organizó recaudaciones para Hillary Clinton, Barack Obama y otros importantes políticos en su casa en Star Island, se declaró culpable el jueves de tres delitos de conspiración que involucran fraude con el uso de las telecomunicaciones y lavado de dinero.
Los dos delitos de fraude conllevan hasta 20 años de prisión y el de lavado de dinero hasta 10 años. Pero se espera que según las guías federales de sentencia, Osorio, de 54 años, sea encarcelado por 12 o más años tras una audiencia programada para el 9 de mayo.
Osorio ha estado de acuerdo en colaborar con la fiscalía federal en la continuación del caso contra el ex principal jefe financiero de su desaparecida compañía —y posiblemente otros— y se le pedirá que restituya entre $20 y $50 millones a las víctimas. Pero muy poco de ese dinero se ha recuperado hasta ahora.
Agentes del FBI arrestaron en diciembre a Osorio después de que algunos de sus inversionistas acusaron al empresario de usar su compañía Innovida Holdings, con sede en Miami Beach, para timarles $50 millones a ellos y al gobierno federal. Entre los inversionistas: el ex astro del Heat de Miami Alonzo Mourning. Osorio robó el dinero para sostener su estilo de vida en Star Island y mantener casas de descanso en Suiza y Telluride, Colorado, según las autoridades.
“Honestamente, me siento aliviado de que un estafador como Claudio Osorio haya sido finalmente llevado a la justicia, y que no sea capaz de arruinar la vida de más personas”, señaló Chris Korge, empresario de Miami que invirtió $4 millones en Innovida, incluyendo $3 millones que tomó prestados de su amigo cercano Rodney Barreto, un cabildero y empresario de Miami-Dade. “El ha arruinado la vida de muchas personas”.
Korge, un importante recaudador de fondos de los demócratas que conoció a Osorio y su esposa durante las campañas presidenciales de Clinton y Obama, no fue el único inversionista deslumbrado por el carismático empresario.
Otros vieron beneficios potenciales en la compañía de Osorio, incluyendo al astro de la NBA Carlos Boozer, un empresario tanzano, un grupo de inversionistas de los Emiratos Arabes Unidos y un antiguo vecino de Star Island.
Previamente, Osorio había encabezado una empresa de distribución de computadoras en Miami que estuvo en Fortune 500 antes de que se declarara en bancarrota en el 2000. A pesar del fracaso de CHS Electronics, varios inversionistas dijeron que confiaron su dinero a Osorio en Innovida porque él les vendió la posibilidad de su éxito.
Aunque Innovida tiene una instalación de manufactura en North Miami-Dade, y miembros prominentes en su junta como el ex gobernador Jeb Bush y el rey de los condominios en Miami Jorge Pérez, la compañía nunca despegó.
Osorio fue encontrado culpable de usar Innovida, que dijo que producía paneles de alta tecnología para la construcción de viviendas de bajo costo, para engañar a los inversionistas y llenarse los bolsillos.
Osorio, representado por el abogado Humberto Domínguez, se declaró culpable ante el juez de Distrito Federal William Dimitrouleas en la corte federal de Fort Lauderdale. Como parte de su arreglo extrajudicial, la fiscalía federal acordó retirar otros 19 cargos.
En la corte, Osorio admitió que “buscó y reclutó a inversionistas al hacer falsas representaciones económicas, y ocultar y omitir hechos materiales con respecto al rendimiento de la compañía, las tasas de regreso de los fondos invertidos, el uso de los fondos de los inversores y la existencia de un contrato lucrativo pendiente con una tercera entidad”, de acuerdo con la declaración emitida por la fiscalía federal.
Dimitrouleas se hizo cargo del caso esta semana, al tomarlo de la jueza de distrito federal Cecilia Altonaga, quien se suponía que oyera el viernes el cambio de declaración de culpabilidad de Osorio en Miami. Altonaga se recusó a sí misma del caso.
Mientras Osorio aguarda sentencia, se le dejó sin fianza y permanece en el Centro de Detención Federal de Miami.
En el 2011, un juez de bancarrota le ordenó a Osorio vender una de las mayores propiedades que pertenecía a él y a su esposa, Amarilis. La pareja subastó en $12.7 millones su casa de un acre y dos pisos en Star Island, que cuenta con una piscina.
La venta de la propiedad fuertemente hipotecada generó millones para los bancos y otros prestamistas, y algo de dinero para sus inversionistas afectados.
A Osorio se le permitió mantener al menos $500,000 de los procedimientos de las ventas. En julio pasado, él y su esposa pagaron casi $924,000 por un condominio de cuatro dormitorios y cinco baños en Aventura, pero los fiscales federales han tomado medidas para confiscar la propiedad como parte del caso criminal.
De acuerdo con la acusación, entre el 2006 y el 2011 Osorio conspiró para estafar $40 millones a 10 inversionistas y otros $10 millones adicionales a un programa del gobierno federal. El dinero del gobierno fue para construir 500 viviendas en Haití después de su devastador terremoto de enero del 2010, un proyecto que Osorio elogió para promover su compañía, pero que nunca despegó.
Otro acusado junto a Osorio, Craig S. Toll, de 64 años y residente en Pembroke Pines, se declaró inocente. El era el principal funcionario financiero de Innovida.
Richard Sharpstein, el abogado de Toll, declaró que su cliente no estaba mencionado en la acusación junto con Osorio porque no hizo nada indebido. Agregó que Toll no estaba al tanto de las actividades fraudulentas y bancarias de Osorio.
Osorio trasladó dinero de los inversionistas a cuentas bancarias en las Islas Caimán, que el fideicomisario de bancarrota de su fracasada compañía dijo que no podía recuperar porque el dinero o se gastó en el estilo extravagante de vida de Osorio, o fue trasladado a otras cuentas secretas en el extranjero.
La acusación de Osorio se refiere a un “otro conspirador no acusado” que se benefició personalmente de su timo empresarial. Aunque no se le identificó por nombre, el “otro conspirador” es su esposa, de acuerdo con fuentes familiarizadas con el caso. No se espera que sea acusada.
Señales de la caída de su esposo surgieron en enero del 2011, cuando el gobierno suizo obtuvo la asistencia del Departamento de Justicia para investigar posibles cargos contra Osorio en Suiza.
Las autoridades del país europeo alegaron que a finales de la década de 1990, Osorio y otros obtuvieron de forma fraudulenta $220 millones en préstamos de bancos suizos al mentir sobre la solvencia de su negocio anterior, CHS.
CHS era un distribuidor de computadoras en todo el mundo que estaba incluido en la lista Fortune 500 y se declaró en bancarrota en el 2000. La entidad llegó a un arreglo al año siguiente con un grupo colectivo de accionistas.
Se desconocen todos los detalles de la investigación suiza.
Con información de El Nuevo Herald