La Capilla Sixtina puede seguir abierta a los turistas mientras no se inicien los trabajos bajo la cúpula de Miguel Ángel con miras al cónclave de los cardenales, indicó el sábado el Vaticano.
«Los trabajos no se han iniciado y no será antes del lunes, pues, según la Constitución apostólica (que reglamenta el Cónclave en sus más mínimos detalles), es necesaria una decisión formal de la congregación general de los cardenales», dijo el portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, en una conferencia de prensa.
Los Museos del Vaticano debían cerrar inmediatamente después de la renuncia de Benedicto XVI, para preparar la capilla. La capilla es el principal lugar de los museos, y atrae cada día a muchos turistas. «Todo el material necesario» está listo para iniciar rápidamente la adecuación, precisó Lombardi.
El lunes, las primeras «congregaciones generales» reunirán a los electores (de menos de 80 años) y a los que sobrepasaron esa edad. A lo largo de la semana en estas congregaciones se ponen sobre la mesa temas destinados a tratar de buscar el perfil ideal del futuro pontífice. Durante estas congregaciones se oficializan las candidaturas.
Según el padre Lombardi, 66 cardenales provenientes de fuera de Roma ya llegaron o anunciaron su llegada, en previsión de esas «congregaciones». Algunos llegarán el lunes o más tarde. Según el portavoz, algunos no electores ya anunciaron que no estarán presentes en las «congregaciones» a causa de su edad o por enfermedad.
El portavoz dijo que el «cónclave» significa en latin «con llave», pues con una llave se cerrará la capilla durante el Cónclave. Citó una obra poética de Juan Pablo II, el Tríptico romano, escrita en 2003, en la que el papa polaco escribía que los «hombres que se vieron confiar la herencia de las llaves del Reino» (los cardenales) «se dejarán inundar por la sinfonía de colores» de la Sixtina.
Esta obra tuvo el prefacio de un tal… Joseph Ratzinger. El que se convirtió en «pontífice emérito» tras su renuncia escribió en ese prólogo que «la inmensa responsabilidad de estas jornadas consiste en entregar las llaves en manos justas».
En Radio Vaticano, el padre Lombardi dijo que el «valor» de Benedicto XVI frente a los «límites de la vejez» no es menor que el «valor admirable» de Karol Wojtyla, quien siguió encabezando la iglesia pese a su larga agonía. «La renuncia del papa no es para nada ni el abandono de la misión que recibió ni mucho menos el abandono de los fieles», reiteró. La renuncia histórica de Benedicto XVI fue mal comprendida, especialmente en las esferas católicas más tradicionales.
AFP