El deceso del presidente venezolano Hugo Chávez, que fue el principal aliado político y socio comercial de Cuba durante 14 años, constituye un duro golpe para la isla comunista y forzará al presidente Raúl Castro a acelerar sus reformas económicas para evitar una nueva crisis, dijeron analistas a la AFP.
Chávez, quien falleció el martes en Caracas, tendió la mano a Cuba con los vastos recursos petroleros venezolanos cuando llegó al poder en 1999, favoreciendo que la economía cubana fuera recuperándose paulatinamente de la aguda crisis en que cayó tras el fin de la ayuda soviética, una década antes.
«Sin Chávez las posibilidades de expansión del comercio de servicios (cubanos) por petróleo (venezolano) son limitadas. La urgencia de acelerar la transición hacia un modelo de economía mixta, con mayor apertura a la inversión extranjera, se refuerza», dijo a la AFP el analista cubano Arturo López-Levy, de la Universidad de Denver (Colorado, EEUU).
La venta de servicios profesionales, fundamentalmente a Venezuela, es la principal fuente de divisas de Cuba y le reporta unos 6.000 millones de dólares anuales, por encima de las remesas familiares (2.500 millones en 2011), del turismo (2.000 millones en 2011) y las exportaciones de níquel (1.100 millones en 2010). A su vez, Caracas suministra a la isla unos 100.000 barriles de petróleo al día en condiciones preferenciales.
«La muerte de Chávez pone de relieve una vez más las deficiencias en las políticas de los Castro: no diversificar la economía cubana, no permitir que más cubanos generen riqueza por sí mismos y hagan al país genuinamente independiente», dijo a la AFP Paul Webster Hale, ex embajador británico en Cuba y profesor de la Universidad de Boston (EEUU).
Las autoridades cubanas han guardado silencio sobre el impacto que puede tener la pérdida de su aliado, mientras el fantasma de los difíciles años 90 se agita entre muchos cubanos y los economistas están divididos sobre las consecuencias que puede haber en la isla.
«Siempre va a haber un impacto, pero no creo si hay un cambio de gobierno (en Caracas), que éste corte abruptamente las relaciones económicas que tiene Cuba con Venezuela», dijo a la AFP Omar Everleny Pérez, director del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana.
Agregó que «Cuba tiene una cantidad de médicos (unos 40.000) que están sustentando el programa social venezolano y eliminar esto a cero sería una cosa absurda», pero negó que Venezuela esté «subsidiando a Cuba». «Cuba adquiere el petróleo allí, pero lo paga, mediante un convenio firmado a largo plazo. Cualquier gobierno (de Caracas) tendría que respetar los acuerdos» vigentes, afirmó.
En cambio, el economista opositor Oscar Espinosa Chepe cree que habrá un impacto «terrible» en la isla, incluso peor que cuando cesó la ayuda de Moscú, «porque la infraestructura cubana está en peores condiciones que en aquel momento».
«Nosotros dependemos en estos momentos del esquema de cooperación con Venezuela. Es terrible, yo pienso que las consecuencias pueden ser hasta peores que cuando se perdió la subvención soviética», dijo Espinosa Chepe a la AFP.
Hace dos décadas Cuba perdió abruptamente el 85% de su comercio exterior y su industria prácticamente se paralizó por falta de combustible y materias primas, tras la desaparición de la Unión Soviética. El Kremlin había sido el principal sostén financiero de la isla durante tras décadas luego que Fidel Castro llegara al poder en 1959.
Para enfrentar la crisis, Fidel Castro impuso una economía de guerra que fue anunciada oficialmente en el diario Granma el 29 de agosto de 1990 como «un periodo especial en época de paz», con restricciones severas al consumo y prolongados apagones.
Aunque el «periodo especial» oficialmente no ha terminado, la economía comenzó a repuntar paulatinamente a partir de 1997 gracias al turismo, tendencia que fue reforzada luego de que Chávez llegara al poder en 1999 y comenzara a apuntalar económicamente a su aliado. «Dado el nivel de su alianza con Venezuela, Cuba no puede esperar nada positivo de una mayor inestabilidad política en Caracas», dijo López-Levy.
Afirmó que aunque el chavismo siga gobernando Venezuela con Nicolás Maduro, designado sucesor político por Chávez, Raúl Castro debe profundizar las reformas, que han abierto mayor espacio a la iniciativa privada, aunque el Estado sigue controlando más del 90% de la economía.
«Nicolás Maduro aparece como favorito (para las elecciones). Tal escenario sin embargo no reduce las enormes presiones sobre las reformas cubanas, donde los cambios menos riesgosos ya fueron adoptados en 2011 y 2012», dijo López-Levy.
«La lógica indica que (Cuba) trate de mejorar las relaciones con Estados Unidos, lo que sería muy beneficioso para el país, y trate de acelerar las reformas», opinó Espinosa Chepe.
Las autoridades cubanas deberán «también abrirse a la inversión extranjera, tendrán que abrirse más al mundo, lo están haciendo, pero el ritmo tendrían que modificarlo, acelerarlo. Tendrán que flexibilizar al máximo las normas, dar seguridad (a los inversionistas), porque el país no tiene recursos (propios) para invertir», añadió.
Además, «si Maduro pierde –y él tiene pocos de los atributos de Chávez como líder inspirador– los cubanos estarán cerca de entrar en pánico. Más de 5.000 millones de dólares en subsidios garantizados son difíciles de reemplazar», expresó el exembajador Hare.
AFP