La muerte del presidente Hugo Chávez en la tarde del martes, tras casi dos años de lucha contra un cáncer, deja huérfano al chavismo, en el que se destaca un puñado de dirigentes:
El vicepresidente Nicolás Maduro:
Maduro, de 50 años, debe asumir la presidencia interina y convocar a nuevas elecciones, que según Constitución deben celebrarse en los 30 días posteriores a la falta absoluta del presidente.
En la fase final de la enfermedad, Maduro asumió las riendas del gobierno después de que Chávez lo nombrara su heredero político y pidiera a los venezolanos que votaran por él en elecciones anticipadas, si no pudiera volver a gobernar.
Ese día Chávez dijo de él que es «un revolucionario a carta cabal» y «un hombre con mucha experiencia a pesar de su juventud».
Maduro, un ex sindicalista del metro de Caracas, se desempeña como vicepresidente desde la reelección de Chávez en octubre pasado. En 2006, fue nombrado canciller hasta este mes de enero. Con anterioridad fue presidente de la Asamblea Nacional.
Mantiene una relación sentimental con la procuradora de la República y ex presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores.
El presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello:
Cabello, de 49 años, un ex militar que participó junto a Chávez en el fallido golpe de Estado en 1992, es la figura de más peso del chavismo después del fallecido presidente y de Maduro.
Cabello gobernó el populoso estado Miranda y fue derrotado en las elecciones de 2008 por el opositor Henrique Capriles Radonski.
Durante el golpe de Estado que sacó a Chávez del poder durante 47 horas en 2002, Cabello asumió brevemente la Presidencia. También fue Ministro del Interior y de Infraestructura.
El ministro de Relaciones Exteriores Elías Jaua:
Jaua, de 43 años, sociólogo por la Universidad Central de Venezuela, tiene una dilatada carrera política en la izquierda venezolana, desde sus años de militancia estudiantil. Forma parte del grupo que entró en contacto con Chávez después de que éste fuera liberado, tras pasar dos años encarcelado por el fallido golpe de estado de 1992.
Entre otros cargos en el gobierno, Jaua fue vicepresidente hasta pocos días después de que Chávez fuera reelecto el 7 octubre, y antes había sido ministro de Agricultura. Fue candidato por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en los comicios regionales del 16 de diciembre para gobernador del Estado de Miranda (norte), pero fue derrotado por el líder opositor Henrique Capriles.
El ministro de Petróleo y Minería y presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), Rafael Ramírez:
Ramírez, un ingeniero de 50 años y en el gabinete de Chávez desde 2002, aplicó la reforma petrolera tras la cual la estatal PDVSA formó asociaciones bajo su control con empresas multinacionales y extranjeras, y montó el financiamiento de las populares misiones sociales con los ingresos petroleros.
Desde 2004 preside la poderosa petrolera estatal, el principal motor de la economía venezolana.
Tanto él como el ministro de Finanzas, Jorge Giordani, «están en la retaguardia, manejan la válvula económica de Venezuela» y «juegan un papel importante» en mantener el equilibrio político y económico en el país, señaló a la AFP el analista político Carlos Romero.
El ministro de Finanzas, Jorge Giordani:
Es el hombre que maneja la economía desde 1999, cuando Chávez asumió al poder. Conocido como ‘El profesor’, Giordani enseña Planificación e Ingeniero electricista. Entró en contacto con Chávez cuando el mandatario estaba en la cárcel tras su fallido golpe de estado y él le hizo de tutor en un trabajo académico. Es conocido por su austeridad.
Ha sido el ejecutor de las cinco devaluaciones del bolívar en los 10 años de existencia del control cambiario.
AFP