Así se pronunciaron numerosas personas que acompañaron los restos mortales de quien, hasta este martes, fue el Presidente de Venezuela por 14 años. Rostros con marcadas expresiones de dolor, lágrimas y consignas, seguían al féretro con una devoción casi religiosa hasta el lugar de su funeral
“No existen las palabras para expresar el dolor que siente mi corazón. Él era mi padre, mi amigo incondicional, Chávez era mi todo… El sentimiento que me embarga, que inunda mi corazón nunca tendrá sosiego. Comandante, hoy no estás aquí en cuerpo, pero tu esencia vivirá en nosotros para siempre ”.
Así se manifestó, Doris Vega, una joven que entre sollozos esperaba en las inmediaciones de la avenida Lecuna, para ver el cortejo fúnebre que llevaba el féretro del Presidente Hugo Chávez, quien este martes a la edad de 58 años, murió a causa del cáncer que pareció por más de 20 meses.
Estas palabras hacían eco en cada esquina del centro de Caracas; donde cientos de personas con prendas alusivas al chavismo caminaban cabizbajas, revelando tristeza a través de las marcadas expresiones de dolor de sus rostros, humedecidos por lágrimas que cada tanto se escapaban en honor a su sentida pérdida. La capital mostraba un ambiente gris y sombrío, a pesar del imponente sol que calentaba sus calles.
Unidad y gracias
Las manos elevadas hacia el cielo era una constante, pues los oficialistas agradecían a su comandante lanzando las palabras al viento. Unos por sus casa, otros por sus trabajos y no faltó quien describió al Presidente como un familiar “mi padre, mi hermano, mi hijo”, era la forma que tenían para ejemplificar la cercanía y cariño que profesaban por el líder de las tolda política roja.
“Siento rabia con el destino, con el mismo mundo por habérselo llevado, pero quién puede ir en contra de los designios de Díos(…) Yo crié a mis hijos gracias al Comandante, porque me brindó un empleo en Café Venezuela, que él fundó para ofrecernos un país incluyente con posibilidades para todos”, expresó Ana Albornoz.
Otros por su parte, aseguraron que sus sentimiento se debatían entre la indignación y la resignación, pues lamentaban que la muerte tocara “de forma tan prematura” a quién se consagró como el mentor de gran parte de los venezolanos. Mas indicaron que “debían seguir adelante, luchando y ejerciendo las lecciones inculcadas”.
“Mi presidente, comandante del los pobres, del amor y de todas las naciones de Bolívar; quizás tu cuerpo murió, pero tu alma sigue viva en cada uno de los venezolanos. Tu nos enseñaste a querer este país como nunca, por eso lo debemos ejercer en este difícil momento es la unidad, unidad y unidad, como lo ordenó en su última alocución”, recomendó José Ruiz.
Al panteón
“¡Al panteón juntó a Simón!”, gritaban al unísono los chavistas, como petición para que la última morada del fallecido Presidente fuera al lado de los restos de los diferentes próceres venezolanos, destacados personajes de la historia del país, entre ellos el del libertador Simón Bolívar.
“Vamos a luchar para que descanses eternamente en el Panteón Nacional, como te corresponde por honor y mérito, por ser el Libertador del siglo XXI”, resaltó con los ojos inundados de lágrimas, Miriam Escalona.
LAVOZ | Anabel Barrios Díaz abarrios@diariolavoz.net