Después de haber cumplido una semana esperando una respuesta sobre sus demandas habitacionales que fueron prometidas por una Comisión Presidencial de Refugios Dignos- Copredi-, nuevamente los refugiados acudieron a la mencionada sede a fin de hacer cumplir sus exigencias, sin embrago quedaron esperando respuestas
Con los crespos hechos se quedaron las 145 familias del refugio Simón Bolívar, ubicado en la Av. Páez de la urbanización El Paraíso, tras haber esperando tres horas frente a las puertas de la sede perteneciente a la Comisión Presidencial de Refugios Dignos- Copredi- ubicada en Plaza Venezuela, donde se retiraron sin ser atendidos.
De acuerdo al testimonios de algunos manifestantes, las exigencias que serían estudiadas en dicha mesa de negociación estarían basadas en la adjudicación de viviendas que fueron prometidas por el ministerio de Agricultura y Tierra y la mencionada comisión, “y que por desconocidas razones aún no han sido concedidas”.
“Basta de promesas”
Así lo informó Aida Reyes, damnificada quien expresó su molestia vociferando la negligencia por parte de esta asociación creada por el Gobierno, la cual tienen la responsabilidad de garantizarle una solución habitacional aquellas familias que quedaron sin techo, como también llevar un mejor control de las que ya han sido beneficiadas, pero ninguno de los dos compromisos son ejecutados.
“Estamos cansados de mentiras disfrazadas de promesas, de agresiones que han sido denunciadas y quedan impune y de esperanzas que aún siguen sin materializarse”, se quejó Reyes quien advirtió que en sí en las próximas días continúan sin recibir respuestas radicalizarán su protestas, protagonizando acciones en las calles en compañía de grupos movimientos revolucionarios.
La manifestante indicó que después que fueron desalojados de los sectores Santa Ana y La Pedrera de la parroquia Antímano, por vivir en alto riesgo y tener el certificado de pérdida irreparable de la vivienda emitido por la autoridades, hoy en día se arrepiente de haber atendido dicha orden. “Las calamidades que se viven en un refugio no se lo aconsejo ni a mi peor enemigo, pues cada día se acentúa más los problemas”.
“Otro embarque”
La situación también resulta similar para Marielena Lugo, mujer damnificada de 60 años de edad quien denunció que luego de haber sido víctima de los estragos de la lluvias en el año 2009, quedando sin vivienda, ha acudida a varias instancias gubernamentales, pero también ha sido excluida de los beneficios que ha otorgado el Gobierno, en materia de vivienda.
Cuenta que vive arrimada en casa de sus parientes y tiene en custodia a sus dos nietos quienes perdieron a su madrea hace dos meses atrás, en a que uno de ellos requiere de atención especializada y médica, puesto que uno ellos padece de una condición especial.
Mairy Chourio / mchourio@diariolavoz.net / @mairychourio