Estados Unidos espera mejorar sus relaciones con Venezuela una vez haya celebrado elecciones tras la muerte del presidente Hugo Chávez, declaró este miércoles una fuente del Departamento de Estado bajo anonimato en teleconferencia con periodistas.
El Departamento de Estado no descarta, sin embargo, replicar a la expulsión de dos agregados militares en su embajada en Caracas, anunciada por el vicepresidente Nicolás Maduro el martes, añadió esa fuente. «Todos sabemos que las campañas electorales no son siempre el mejor momento para abrir nuevos capítulos» en una relación bilateral, declaró la alta fuente gubernamental.
Estados Unidos y Venezuela carecen de embajadores en las respectivas capitales desde 2010.
Bajo la presidencia de Chávez, el nivel de confrontación diplomática fue prácticamente continuo. «Continuaremos deseando esa relación positiva (…) mientras reconocemos que a lo mejor pasará algo de tiempo antes de que el gobierno venezolano que salga de las elecciones esté listo para esa conversación», indicó.
Estados Unidos mandará probablemente una delegación a los funerales de Chávez, previstos el viernes, indicó la fuente, sin dar más detalles.
El nivel de seguridad en torno a la embajada en Caracas es bueno, informó. «Estos son momentos muy difíciles para Venezuela, lo sabemos», indicó la alta fuente, quien quiso rebajar la tensión causada por las acusaciones de Maduro horas antes de anunciar la muerte de Chávez.
El vicepresidente venezolano, considerado el candidato «de facto» del régimen para suceder a Chávez, acusó a los que calificó de «enemigos históricos» de su país de estar detrás del cáncer que acabó con la vida del mandatario.
Esas declaraciones fueron «insultantes», reafirmó la fuente estadounidense, quien luego opinó que formaban «parte de una campaña electoral y por ello no necesariamente relacionadas con el proceso de intentar mejorar la relación» entre ambos países.
La responsable de la diplomacia estadounidense para América Latina, Roberta Jacobson, llamó a finales de noviembre a Maduro para intentar desbrozar esa relación, la más conflictiva de Washington en toda América Latina. Desde esa llamada ha habido un par de contactos más, sin resultados. «Planteamos lo que consideramos era un buen plan y para ser honestos no obtuvimos mucha respuesta», reconoció la fuente bajo anonimato.
Otra alta fuente gubernamental en la teleconferencia ratificó esa versión: «El discurso fue muy coherente con la forma como este gobierno ha lidiado con estos asuntos, y desde ese punto de vista no fue muy alentador». Chávez acusó desde 2002 a Estados Unidos, al que regularmente calificó de «Imperio» durante sus años en el poder, de haber apoyado el intento de golpe de Estado de 2002 en su contra.
Washington, por su parte, ha bajado el tono de confrontación desde que Barack Obama llegó a la presidencia, pero en informes oficiales sigue considerando a Venezuela un país poco comprometido con la lucha contra el narcotráfico y demasiado cercano a enemigos como Irán.
Esa confrontación se trasladó a toda América Latina con el paso de los años, cada bando buscando apoyos diplomáticos para contrarrestar sus respectivas influencias. «No creo que eso vaya a cambiar mucho» a mediano plazo, opinó la alta fuente estadounidense.
Venezuela debe celebrar elecciones en 30 días, un plazo que la fuente oficial consideró «increíblemente corto». Esos comicios deberán ser libres y justos, y Estados Unidos insistirá en aspectos como el libre acceso a observadores internacionales, indicó la fuente.
AFP