La muerte del presidente Hugo Chávez abre un periodo de incertidumbre en Venezuela y en el conjunto de Latinoamérica, sostiene este miércoles la prensa europea.
El diario español de centro izquierda El País describe a Chávez como «un presidente sui genereis que consiguió permanecer en el cargo casi 14 años (…) con una mezcla de carisma personal, largueza en el uso del dinero del petróleo, retórica populista y habilidad para convencer a muchos de que sus vidas serían mejores gracias a la revolución bolivariana».
Aun así, el principal rotativo español muestra sus dudas de que «su sucesor, el que fuere, concite el apoyo suficiente para hacer tolerables los enormes desequilibrios económicos, la escasez cotidiana, la extendida corrupción o la violencia urbana».
«Ahora se abre un incierto periodo de interinidad», dice en su editorial el conservador El Mundo que califica de paranoica la acusación del vicepresidente Nicolás Maduro de que «los enemigos de la patria» habían inoculado el cáncer a Chávez.
«Muerte esperada e incertidumbre», titula el también conservador ABC, que destaca que Maduro provocó «una innecesaria tirantez con Estados Unidos».
En Portugal, el principal diario del país, Diario de Noticias dedica ocho páginas a la muerte del presidente venezolano, cuya herencia política es «controvertida», y destaca en portada que «la lucha por el liderazgo de la revolución está abierta». «Venezuela está en estado de urgencia», señala el también luso Publico.
En el Reino Unido, la mayoría de rotativos destacan el uso de las reservas petrolíferas venezolanas para fortalecer su liderazgo. El Daily Telegraph lo describe como un «listo y descarado demagogo de una retórica embriagante que con el gasto incontrolado de las reservas petrolíferas se convirtió en un líder mundial».
El progresista The Guardian se muestra más benévolo con la figura del presidente venezolano destacando como parte de su herencia «la atención social y la alfabetización de los pobres» aunque también «unas infraestructuras derrumbándose y la dependencia del petróleo», enfatizando los claroscuros de su presidencia.
The Times, de derechas, destaca «la fascinación de Chávez con su propia voz y sus tendencias autoritarias», mientras que el económico Financial Times arremete contra su figura. «Un populista que construyó su poder a través de la petrodiplomacia», lo define el FT, que muestra sus dudas sobre la pervivencia de la revolución bolivariana.
«Como su altamente personalizada revolución socialista del siglo XXI estaba inextricablemente ligada al carismático populista, es improbable que sobreviva a su muerte, tanto en su país como en la región», dice el rotativo.
En términos parecidos se manifestaron los medios franceses. Según el progresista Le Figaro, la muerte de Chávez «hunde Venezuela en un nuevo periodo de incertidumbre».
En un editorial titulado «La fin de un provocador», el diario recuerda que «a Chávez le gustaba cultivar su imagen de dirigente incontrolable e imprevisible, como si hubiera entrado en 1999 en el palacio presidencial de Miraflores por azar y sin preparación».
El popular Le Parisien definió al líder bolivariano como «revolucionario, populista y orador». En Alemania, el Frankfurter Allgemeine Zeitung destaca el «antiamericanismo agresivo» de Chávez que lo llevó a fraternizar con gobiernos de dudosa mentalidad democrática como Irán o Bielorrusia.
La palabra «caudillo» es la utilizada por los medios italianos para definir al difunto presidente: «Chávez, el último caudillo está muerto», titula el progresista La Repubblica, mientras que el Corriere della Sera presenta al líder como «el caudillo que desafió a los Estados Unidos».
La Repubblica destaca también el país dividido que deja Chávez: «Un poco menos de la mitad de Venezuela siempre lo ha odiado, un poco más de la mitad de Venezuela lo convirtió en un héroe épico». La prensa belga se decanta por la transcendencia de Chávez en la región: «un gigante político que, tanto en positivo como en negativo, cambió profundamente Latinoamérica», dice el diario francófono Le Soir.
AFP