Con lágrimas en los ojos y flores en sus manos, miles de humildes trabajadores cubanos se unieron este jueves a guerrilleros colombianos y universitarios de toda América Latina en un homenaje al presidente venezolano Hugo Chávez en la plaza más emblemática de Cuba.
«Vine porque Chávez representa mucho para nuestro país, era un amigo eterno para el pueblo de Cuba y sentí mucho su fallecimiento», dijo a la AFP Sara García, de 59 años, empleada de una empresa constructora.
El gobierno cubano preparó un homenaje de todo el día en las principales plazas de la isla, honor reservado hasta ahora a los líderes históricos de la revolución cubana, para despedir al principal aliado político y benefactor que tuvo Cuba en los últimos 14 años.
En la capital, el homenaje se realizó en la emblemática Plaza de la Revolución, al pie del enorme monumento de mármol del héroe nacional José Martí, frente a las gigantescas figuras de los guerrilleros Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos. «Chávez representa mucho para mí, era un gran presidente, un gran amigo», dijo a la AFP Ernesto Johnson, un obrero de 58 años.
Otros asistentes no pudieron hablar con los periodistas de la AFP porque no cesaban de llorar.
Toda la cúpula cubana participó en el homenaje: el presidente Raúl Castro, vestido con su uniforme de general, lo hizo en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo de la ciudad de Santiago de Cuba, 900 km al sureste de La Habana, donde depositó una rosa blanca ante una foto de Chávez.
Su nuevo número dos y eventual sucesor, Miguel Díaz-Canel, lo hizo en La Habana, lo mismo que miles de trabajadores, estudiantes y militares cubanos, además de familiares de los cinco agentes cubanos detenidos en Estados Unidos en 1998 y condenados a largas penas de prisión por espionaje.
«En lo personal vivimos momentos muy emocionados al lado de él. Estamos muy consternados, el dolor ha sido muy grande», dijo a la AFP Olga Salanueva, la esposa de René González, uno de los cinco agentes, quien se encuentra en libertad supervisada en Estados Unidos luego de purgar 13 años en prisión.
También participó en el homenaje el comandante guerrillero colombiano Iván Márquez, número dos de las FARC, quien destacó que Chávez permitió «con su concurso (que) los colombianos estemos buscando aquí en La Habana una senda para la solución política del conflicto social-armado que padece Colombia».
Tras hacer fila durante más de una hora y cuarto, los miles de asistentes tenían menos de un minuto para saludar el retrato de Chávez, flanqueado por cinco coronas de flores, en un salón situado bajo la estatua de Martí y el obelisco de la Plaza, la construcción más alta de La Habana (de 138,5 metros).
Las cinco coronas eran de Fidel Castro, de Raúl Castro, del Consejo de Estado, del Partido Comunista y del pueblo cubano. También acudieron al homenaje numerosos diplomáticos extranjeros y estudiantes de la Escuela Latinoamericana de Medicina, entre ellos unos cien venezolanos que no paraban de llorar mientras coreaban: «Chávez vive, la lucha sigue».
«Es una pérdida irremediable, se nos fue un líder, una persona que hizo bastante por nosotros los venezolanos ayudando a todos los necesitados; nos enseñó a tener patria y recuperar los valores», dijo a la AFP el estudiante venezolano Jorge Álvarez, de 25 años.
El deceso de Chávez constituye un duro golpe para Cuba y ha agitado entre muchos cubanos el fantasma de los difíciles años 90, cuando la isla se sumió en una aguda crisis económica tras el fin de la asistencia soviética.
AFP