Los conductores que prestan sus servicios en esta ruta denunciaron que la delincuencia los tiene azotados, ya que unas cinco unidades son robadas diariamente
Los transportistas de la carretera nacional Colonia Mendoza-Nueva Cúa, se deben enfrentar a diario al evidente deterioro de esta importante arterial vial, donde además la delincuencia hace de las suyas, a juzgar por los testimonios recabados entre los choferes que transitan por la zona que comunica a los municipios Tomás Lander y Urdaneta.
“En más de diez tramos de la carretera hay cráteres, huecos y troneras que ponen en riesgo nuestras vidas y la de los pasajeros, ya que uno por esquivar un bache puede chocar y generar una tragedia inimaginable”, dijo Alberto Hurtado, chofer de una buseta.
Detalló que el deterioro de la carretera se debe, entre otras cosas, a la falta de mantenimiento por parte de las autoridades gubernamentales. En tal sentido pidió que esta vía sea mejorada.
“Esta zona no tiene cunetas para el desagüe de las aguas de lluvias las cuales corren libremente por la calle lo que genera que el asfalto se dañe”, dijo Hurtado, quien además resaltó que en muchas partes las aguas servidas de las viviendas son echadas a la carretera.
Daño a unidades
Aprovechó la oportunidad Hurtado para denunciar que el deterioro de la carretera está repercutiendo en el daño de las unidades de pasajeros. “Los amortiguadores y trenes delanteros son las partes de los carros que más se nos dañan, pero también la carrocería se desajusta y se empeoran nuestros carros lo que al final perjudica a los usuarios”.
De igual manera el entrevistado señaló que “trabajar de noche por esta vía es aún más riesgoso, ya que la iluminación es escasa en su totalidad lo que empeora el panorama”.
Además resaltó que la falta de demarcación de la vía dificulta el desplace por la zona.
El hampa campea
Que los cuerpos de seguridad implementen un dispositivo preventivo en esta carretera están solicitando los conductores del transporte público, quienes aseguran se han convertido en los “cajeros automáticos” de los hampones.
Los agraviados dijeron que por día, como mínimo, son robadas unas cinco unidades de pasajeros.
“Esto es grave. Nunca vemos a la policía ni a la Guardia Nacional. Nos sentimos a merced de los hampones. Los delincuentes suben en cualquier tramo, nos roban y se bajan más adelante como si nada”, dijo uno chofer.
MIP-TUY Agencia/Jean Carlos Rodríguez