Leopoldo Alberto Cook y Antonorsi
Uno de los legados que hay que reconocer al capitalismo es que, gracias al aumento de la productividad, existe el potencial (sólo el potencial) para liberar tiempo del trabajador para el ocio. Bajo la lógica del capital, la jornada de trabajo ha disminuido a nivel mundial, gracias a las luchas populares, mas no en correspondencia con el aumento de la productividad, por lo que la explotación ha ido aumentando.
Uno de los logros de la Revolución Bolivariana ha sido la disminución sustancial de la jornada de trabajo, liberando tiempo a las personas para el ocio, para el estudio, la recreación, etc.
Siendo la solidaridad, la colectivización del esfuerzo productivo, la participación, valores fundamentales del socialismo, creo que podemos incentivarlos dedicando a actividades que las refuercen parte de la jornada de trabajo.
Me explico. El aumento constante de la productividad permite ir reduciendo progresivamente la jornada de trabajo. La Ley dice que “se propenderá a la progresiva disminución de la jornada de trabajo dentro del interés social y del ámbito que se determine y se dispondrá lo conveniente para la mejor utilización del tiempo libre en beneficio del desarrollo físico, espiritual, cultural y deportivo de los trabajadores y trabajadoras, según lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.”
En ese sentido me atrevo a proponer que se considere, en la próxima liberación de tiempo de jornada, mantener un tiempo prudencial en el que el trabajador deba permanecer en el lugar de trabajo, para dedicarlo a su desarrollo físico, académico, político, espiritual, cultural y deportivo, así como otra porción de tiempo, no menor, que deba dedicar al trabajo comunitario, en forma colectiva con los demás trabajadores de la institución y junto a la comunidad organizada del sector, según planes aprobados colectivamente, aprobados igualmente por todos los trabajadores de la organización, así como por la expresión del Poder Popular correspondiente.