EL CAIRO. Después de meses de enfrentarse a jóvenes manifestantes indignados con el gobierno de Mohamed Morsi, las fuerzas policiales de Egipto han tenido suficiente.
Unidades policiales en todo el país se han amotinado, se han declarado en huelga o han realizado protestas, acusando al gobierno islamista de usarlas para combatir a sus opositores. Furiosos policías antimotines encerraron a su comandante de más alto rango en un campamento durante horas y otros miles se negaron a que se les emplace para reprimir a los manifestantes callejeros en otras ciudades de la desembocadura del río Nilo.
Los policías desobedecieron las órdenes para asegurar la ruta que cubre Morsi desde el palacio presidencial hasta su residencia en el este del Cairo.
AP