El conjunto de Kevin Durant no la pasa bien en los últimos encuentros porque encaja muchos puntos. Pero también sigue anotando muchos puntos
Un poco antes del Juego de Estrellas, el Oklahoma City Thunder dio la impresión de poner el freno al paso tan acelerado que llevaba.
Tras la pausa, luce como que no arrancó con todas las piezas en su sitio.
En los últimos 15 partidos, el Thunder acumuló marca de 8-7, perdió la primera posición global ante los San Antonio Spurs y aunque sigue con marca ganadora en ese periodo, su desempeño ha sido mediocre para un equipo que estuvo en la final de la pasada temporada.
Lo extraño es que el Thunder sigue anotando muchos puntos, por lo que hay que buscar las causas al otro lado de la cancha. Sí, su defensiva se ha caído y esa es la causa de sus pesares. Cuando un equipo anota 119 puntos, pero permite 122 como los que permitió Oklahoma City ante los Rockets el miércoles, siempre hay que mirar qué pasó en el lado defensivo de la cancha.
El Thunder no es un mal equipo defensivo. Todos saben de su eficiencia ofensiva, que es un equipo que ha liderado la liga en puntos por posesión y que tienen a Kevin Durant, el líder anotador las últimas tres temporadas. Pero aún con la mala racha que han tenido en estos días, son el octavo mejor equipo en el renglón de puntos por posesión permitidos, por lo que nadie se puede creer que no defienden.
Sin embargo, en los últimos 15 juegos, promediaron 102 puntos permitidos y en los cinco que tuvieron como visitantes, concedieron 105 puntos por juego y 46 por ciento de campo a sus rivales. De momento, han apostado demasiado a su ofensiva y se han olvidado de defender.
Hay quienes dicen que luego del descanso del Juego de Estrellas hay que apagar el interruptor y encenderlo nuevamente cuando llega el descanso. A Kobe Bryant le preguntaron sobre eso en el fin de semana y él respondió que nunca lo apagaba durante la temporada. En el caso de Oklahoma City, han tenido este lapso en el que decaen en términos anímicos y tras el descanso les ha tomado tiempo encender.
En el juego del miércoles pasado frente a Houston, noté que el Thunder ha tenido problemas en defender a los jugadores de la línea trasera. A pesar de que tienen a un especialista defensivo como Thabo Sefolosha en esa posición y de que Russell Westbrook es un guard fuerte y rápido, cuando la bola estaba en manos de uno de los defensas contrarios el ‘fast break’ fue decisivo. En los últimos 27 puntos que anotó Houston, James Harden o Jeremy Lin anotaron o hicieron la asistencia.
El Thunder ha sufrido porque no ha podido contener la penetración. La ausencia de Kendrick Perkins, quien usualmente no se ve como una pieza en el andamiaje del equipo, les ha hecho daño, debido a que no hay una presencia efectiva en la pintura cuando los defensas contrarios se les escapan a Sefolosha y a Westbrook. Y estos, como se pudo ver el miércoles, le permiten muchas libertades a tipos talentosos como Lin y Harden.
Lo que sucedió el miércoles no es algo que va a pasar con regularidad. El Thunder ha tenido 20 partidos en los que sus cinco titulares anotan en doble dígito y han ganado 18 de ellos. Y sólo han perdido tres partidos esta campaña en los que han anotado 110 puntos o más.
Los ejercicios de Scott Brooks en los entrenamientos deben ir concentrados a la defensa colectiva: tan pronto haya un jugador con intenciones de penetrar, todo el mundo debe meterse en la pintura para tratar de subsanar esa ausencia de Perkins con ayuda colectiva. Ellos tienen jugadores como Nick Collison, que son muy buenos en sacar la falta ofensiva.
Ahora, tienen que seleccionar su veneno. Un problema que tuvieron con Houston fue que las veces en las que cerraban la pintura, Houston movía bien la bola y sacaba el triple. Hubo uno crucial de Lin y Harden logró siete triples y varios de ellos fueron cuando su equipo descargaba al hombre que estaba abierto.
Brooks tendrá la encomienda de encender ese interruptor sin apretar el botón del pánico. Se puede esperar que les vaya mejor en la parte final de la temporada porque en los últimos tres años, Oklahoma City ha promediado 20 victorias después del Juego de Estrellas.
Pero si la aspiración es volver a ganar 60 partidos, el Thunder debe reenfocarse en la defensiva. La ofensiva siempre va a fluir.
Scola será clave
El seleccionador argentino de básquetbol, Julio Lamas, afirmó que el ala-pivote de Phoenix Suns Luis Scola será un jugador «clave» de su equipo en el Premundial americano que se disputará en Venezuela desde el 30 de agosto próximo.
«No me imagino al equipo sin Scola, ni lo pienso. Es tanto el compromiso que él tiene como capitán de la selección, es tanta la confianza que tengo en él, que no me imagino un equipo sin Luis», dijo el entrenador durante una clase que ofreció a alumnos de una escuela de periodismo en Buenos Aires.
Scola «no sólo es uno de los dos mejores jugadores de la historia de nuestro baloncesto, sino que es un símbolo de la selección argentina, que va a pasar a la historia».
«Manu Ginobili no va a jugar en la selección en 2013, por lo tanto pienso en un equipo sin él. Tenemos que repartir su función entre dos ó tres jugadores para poder seguir siendo competitivos», comentó.
«Me gustaría que el equipo girara alrededor de Pablo Prigioni (New York Knicks), Carlos Delfino (Houston Rockets), Andrés Nocioni (Caja Laboral de España) y Luis Scola», añadió.
Argentina participará en el torneo clasificatorio del Mundial de España 2014 en el grupo A con México, República Dominicana, Paraguay y el anfitrión, Venezuela.
«Tiene poca importancia cuáles son los equipos del grupo, porque son dos de cinco equipos. Juegas contra los cuatro de tu grupo, terminas y juegas contra los mejores cuatro del otro. Entonces se disputan ocho partidos y por suma de puntos los primeros cuatro van al Mundial. No hay ventaja ni desventaja», afirmó el seleccionador argentino.
Carlos Morales
espndeportes.com