En la bitácora del mítico piloto brasileño de la Fórmula 1 se anotan tres títulos, 41 victorias, 80 podios y 65 pole positions
“Soy un joven que sacrificó mucho de su propia existencia por las carreras. Pienso en esta profesión desde que era un niño. Dí todo de mí y creo que la amo más que cualquier otro. Por eso hasta cuando esté corriendo lo haré solamente para vencer. Sólo pararé en el día en que perciba que estoy andando un décimo más lento de lo que podría”.
Estas palabras corresponden al fallecido piloto Ayrton Senna, quien, en 34 años logró convertir el automovilismo en una pasión tan grande como el fútbol en su país de origen, Brasil, aquella nación que el 1ero. de mayo de 1994 lloraba incrédula la muerte de uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1. Para los amantes de este deporte, una pérdida que se llevó de golpe el espectáculo de esta especialidad.
Un sello en la historia
Ayrton Senna Da Silva fue piloto de Fórmula 1. Nació en Brasil el 21 de marzo de 1960 y falleció en una competencia en el Autódromo Enzo y Dino Ferrari de Imola durante el Gran Premio de San Marino, el 1ero. de mayo de 1994.
Fue tres veces campeón del mundo, en los años 1988, 1990 y 1991. Logró también dos sub-campeonatos en 1989 y en 1993, los dos por detrás de su gran rival, el francés Alain Prost.
A lo largo de su carrera ostentó casi todos los récords que se pueden conseguir en este deporte, incluido el de mayor número de pole positions. Su primera carrera la ganó en 1985 en el circuito de Estoril, en Portugal, bajo una lluvia torrencial, lo que dejaría claro que se iba a convertir en uno de los mejores pilotos de todos los tiempos sobre superficies deslizantes.
Hoy más que nunca, Ayrton Senna es considerado como uno de los pilotos más talentosos, inteligentes y carismáticos que la máxima categoría del automovilismo ha podido ver. Todos los especialistas coinciden en afirmar que muy pocos pilotos de la Fórmula 1 pudieron establecer una relación tan estrechamente íntima, personal y cercana con sus coches de carreras.
Senna logró entenderse a la perfección con su vehículo, el mismo que lo llevó a tocar los límites de lo sobrenatural, las barreras de velocidad que nadie esperaba alcanzar en plena competencia y los triunfos y premios que muchos de sus compañeros de campeonato desearon tener.
Su imagen permanece mucho más viva que en ningún otro momento de su legendaria carrera. Vencer los obstáculos y poder ir siempre más allá de los límites fueron sus insignias claves en honor a su huella como gran piloto y extraordinario ser humano.
Senna decía tener una comunicación directa y exclusiva con Dios, que dejaba todos sus asuntos de lado cuando el gran hombre pedía una audiencia. Esta no era una relación común. Cuando pensamos en la comunicación entre Dios y un ser humano, nos imaginamos a éste arrodillado o de bruces, rogando, creyendo apenas en su suerte por tener un atisbo de la presencia divina.
Con Senna era diferente. Cuando hablaba de su relación con Dios, daba la impresión de que se trataba de un asunto más personal: no digamos que entre iguales, pero tampoco de servidumbre.
Sobrevino la tragedia
Cuando se corría una fecha más del Campeonato Mundial de Fórmula 1 durante el Gran Premio de San Marino en Imola, a la altura de la famosa curva de Tamburello, su monoplaza se despistó aparatosamente. Dicho hecho ocurrió un día después de que otro piloto, el austriaco Ronald Ratzenberger, falleciera durante las pruebas de clasificación en la misma zona del circuito.
Tras una serie de misterios, se conoció la verdad de su accidente. Su muerte se produjo por la rotura de la barra de dirección de su Williams FWI6 N° 2, que no le permitió afrontar el impacto de manera lateral en la curva de Tamburello. La barra se rompió antes del impacto, lo que descarta un error conductivo del brasileño.
La causa que acabó con la vida de Senna, casi de forma instantánea, fue la rotura de una pieza del brazo de la suspensión de su monoplaza que salió despedida del mismo y que atravesó su casco, perforándole el cráneo.
Antes de esa carrera, el propio Ayrton Senna le comentó a un periodista brasileño, que “me arriesgaré al decir que tendremos suerte si algo realmente serio no ocurre”. Incluso, había anticipado una temporada con mucho accidentes, producto de la suspensión de los sistemas de control de tracción y las suspensiones activas de los autos.
Además de las múltiples ceremonias que rememoran a Senna, también se ha hecho una estatua de él en Imola. En el circuito de Interlagos hay una curva en forma de “S” que recibe el nombre de “S de Senna” y en Brasil hay una carretera muy importante en San Pablo que tiene su nombre, así como múltiples parques y monumentos que llevan la identificación del tricampeón mundial en todo Brasil.
Despedida apoteósica
El funeral de Ayrton Senna fue impactante. Todos estaban en el lugar y las aglomeraciones eran impensadas. Incluso su mayor rival en la pista, ya retirado en ese minuto, Alain Prost, asistió al funeral, reconociendo en él a un genio. Su ataúd fue llevado por las calles de São Paulo en un coche de bomberos, seguido por más de 2 millones de personas. Fue enterrado, con honores de jefe de Estado, en el Cementerio de Morumbí, de dicha ciudad brasileña
Edda Pujadas
Twitter: @epujadas