Lamentablemente, la Misión A Todo Vida Venezuela se está convirtiendo en un decálogo irrealizable de buenas intenciones. Todo es a futuro, las medidas urgentes se soslayan. Nadie está pidiendo “plomo al hampa”, pero es evidente que con cancioncitas en el Metro no se frenan balas
¿Cómo lograr que un malandro entregue el arma con la que se gana millones en un atraco o en secuestro, por un sueldo mínimo, una beca de estudios o una computadora?
Confieso que esa pregunta cincela mis angustias y mis miedos sobre la inseguridad que desde años nos azota en Venezuela. La respuesta que más o menos convenimos todos es que este es un proceso largo y complejo, en el que se deben cultivar valores familiares y esperar que esos árboles echen raíces. Pero mientras eso se gesta está el ahora, la violencia que cada 44 minutos enluta a un hogar en todo el territorio nacional, en medio de una perversa mezcla de desidia y comeflorismo de quienes se supone deben implementar políticas de seguridad.
“Camaradas” contra el hampa
Viendo la experiencia que sobre el tema de la seguridad se ha desarrollado fuera de nuestras fronteras, se ve que sí es posible salir de este marasmo, pero que el respeto a los derechos humanos va acompañado con la mano firme de la autoridad.
Un ejemplo de lo anterior es, precisamente, un hombre de izquierda como el expresidente de Brasil, Lula Da Silva, quien además de reducir significativamente la pobreza de su país –con programas bandera como Plan Hambre Cero-, metió los tanques de guerra en las favelas. Su sucesora, Dilma Rousseff, ha continuado esa política de seguridad, apenas la semana pasada 1.500 militares y policías tomaron barriadas de Río de Janeiro que estaban en manos de narcotraficantes desde hace décadas.
Aquí, en cambio, los operativos se reducen –cuando esporádicamente los hacen-, a avenidas principales, generando grandes colas sin ningún tipo de efectividad… ¿alguien conoce de planes de la Policía Nacional Bolivariana o de Policaracas en el sector Las Torres de La Vega? El Cicpc sólo sube cuando va a llevarse el cadáver de un muchacho asesinado en choque armado entre bandas, de resto nadie sabe de un policía en esa zona.
Fariseísmo “humanista”
Con la llegada del chavismo al poder, se eliminaron las llamadas “redadas” que se hacían en la Cuarta República en las entradas de los barrios. Los “humanistas” sostienen que eran violatorias de los derechos humanos y que constituían una forma de criminalizar a la gente por pobre, dado que sólo se organizaban en los sectores populares. “Cédula y contra la pared”, decían los funcionarios de la extinta Policía Metropolitana. A la vez que requisaban, de forma precaria chequeaban antecedentes y si tenías “cara de sano” te dejaban ir, pero cierto es que si se “enamoraban” de ti empezaba un calvario, que variaba según la descomposición moral del funcionario, que podía incluso culminar con la muerte del detenido. Absurdo es negar lo que pasó, pero con la Quinta República no se mejoraron esos dispositivos, al contrario, se eliminaron por completo y nada alterno se hizo. Los barrios quedaron al garete, la poca autoridad que había se perdió y las bandas criminales asumieron el control que hasta hoy mantienen.
No obstante, desaparecer las redadas no acabó con la criminalización de la pobreza, incluso ahora es peor: sin orden de captura o allanamiento, policías entran a la fuerza en ranchos y viviendas de los sectores populares, motivados únicamente por el asesinato de un compañero o por un suceso que involucre a un personaje “pesao” (político, empresario o de la farándula). Se llevan detenido al que es y el que no es, y si en esa redada capturan también a un narco de la zona, “se transan” por una determinada cantidad de dinero para liberarlo, “para que no te pasen a tribunales”…
Pregúntale a Lula…
Lamentablemente, la Misión A Todo Vida Venezuela se está convirtiendo en un decálogo irrealizable de buenas intenciones. Todo es a futuro, las medidas urgentes se soslayan. Nadie está pidiendo “plomo al hampa”, pero es evidente que con cancioncitas en el Metro no se frenan balas.
Funcionarios “humanistas” del Gobierno: Los tanques rusos deben servir para algo más que para exhibirlos en Los Próceres durante cada fecha patria. Hablen con los “camaradas” Lula y Dilma, ellos sí saben qué más hacer…
Tercero en homicidios
Los informes del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), son citados frecuentemente por el Gobierno de Venezuela para autoreconocer su gestión, de hecho, el año pasado nuestro país avanzó dos puestos en su posición del índice de Desarrollo Humano, para ubicarse en el lugar 71 de un total de 186 naciones.
No obstante, ese mismo organismo reveló esta semana que Venezuela se ubica como el tercer país con la mayor tasa de homicidio en todo el mundo, tras Honduras y El Salvador.
“Por cada cien mil habitantes, 45 personas son asesinadas”, refiere el PNUD, “lo que demuestra que la inseguridad es el problema más grave de los venezolanos”.
LA FRASE
“Así como creemos en el hierro de las caraotas, creemos que somos un pueblo vivo en el sentido de astutos, de pícaros, de una gran destreza y de una gran habilidad. Hemos asociado la palabra vida, palabra hermosa, y la llegamos a confundir con viveza, pensamos que estar vivos es hacer una picardía, decir que una persona es viva o está viva es porque está en algo, está haciendo algo”.
José Ignacio Cabrujas (12/01/1995)
Al cierre
Los actores Roberto Messuti y Manuel “Coco” Sosa, entre otros, anunciarán antes de las elecciones del venidero 14 de abril, su apoyo a la candidatura de Nicolás Maduro para la presidencia de Venezuela. Asimismo, informarán sobre la creación de un “sindicato de artistas socialistas”.
De darse un debate entre Nicolás Maduro y Henrique Capriles, uno de los puntos críticos de la gestión del gobernador de Miranda es la inseguridad. Si bien los alcaldes chavistas del Tuy, Barlovento, Guarenas y Guatire nada positivo muestran en ese tema, Carlos Ocariz en el municipio Sucre no se queda atrás. Hace tan sólo tres fines de semanas, 18 personas fueron asesinadas en Petare
Richard Sanz
Twitter: @rsanz777