Comenzó el asueto de Semana Santa y aquellas personas que decidieron viajar al interior del país viven toda una odisea a la hora de comprar un boleto en el mencionado terminal, donde han tenido que soportar colas kilométricas y pernoctar en las instalaciones a fin de poder garantizar su viaje
La emoción que embarga algunos caraqueños cada vez que llega un asueto, el cual significa descansar o disfrutar unas vacaciones, se desvanece justo en el momento de adquirir un boleto en el terminal La Bandera, donde por pretenden garantizar su viaje, en medio de la desorganización y la falta de respuesta, optan por soportar interminables colas e incluso pernoctar en las instalaciones.
“¡Queremos pasajes! ¡Queremos pasajes!”, exclamaban acalorados los cientos de usuarios, quienes denunciaron que sus quejas se debieron a que algunas la líneas de transportes, mantenían sus taquillas cerradas, en cuyos vidrios se observaban varios carteles, que notificaban la falta de boletería para casi todos los destinos, tales como; Maracaibo, El Vigía, San Cristóbal y Mérida.
Un calvario
Para Lusmery Gutiérrez, la idea de viajar sigue siendo un calvario, “como es posible que llegué a las 5:00 de la mañana y es casi medio día y aún no he podido garantizar mi trasladado para San Cristóbal, lo peor de todo esto es que las taquillas no las abren y no hay nadie que informe”.
Cuenta el pasajero que este escenario se repite cada vez que se aproxima un asueto, durante y al culminar la temporada, pero aunque todas las personas reconocen que sube la afluencia de pasajeros, aún se cuestiona como a estas alturas las autoridades del terminal no hay implementado nuevas medidas especiales para cubrir estas demandas.
Situación similar que relató Alexander Vásquez, quien precisó que llegó a las 8:00 de la mañana al terminal, en la que recorrió todas las líneas con la intención de poder adquirir su pasaje para El Vigía, y en su mayoría todas anunciaban que no había las suficientes unidades de transportes, porque sólo habilitaron dos por cada compañía.
“Si no tuviera la necesidad y aprovechar estos días de asueto para poder ver a mi mamá, quien se encuentra muy enferma, no me aguantaría esta humillación, es una falta de respeto para los venezolanos”, se quejó.
Sobreprecio en el pasaje
Destaca que después del medio día pudo evidenciar que efectivamente las taquillas estaban vendiendo los pasajes, pero con sobreprecio, es decir, normalmente el costo para ir hacia El Vigía tienen un valor de 170 bolívares, sin embargo lo ofrecen a 300 hasta 350 bolívares por persona.
Vásquez, ante esta especulación, quiso denunciar el caso dirigiéndose hacia a la oficina principal, pero no obtuvo respuestas favorables, luego insistió comunicándole la situación a una comisión del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso de los Bienes (Indepabis) -la cual se encuentra desplegada en el terminal-, pero sólo el error fue corregido por unas horas, después se continúo haciendo por falta de supervisión.
Los usuarios afirman que algunas personas que no están en cola “pasan” la cédula por debajo de la puerta y les venden el boleto “por amiguismo o porque pagan más, ni siquiera tienen respeto por los demás usuario, por las personas de la tercera edad, ni mucho menos las embarazadas y discapacitados. Hay gente en cola desde las 4 de la mañana y cuando llegan a la puerta les dicen que ya no hay pasaje; ¿a quién se los han vendido en plena madrugada?”
También en otros terminales
En el terminal de Oriente, la situación es similar al de La Bandera se agotaron los pasajes a Carúpano, Maturín y Ciudad Bolívar, pero seguían habilitándose unidades.
De acuerdo a la declaraciones del gerente de operaciones, Emilio Blanco, informó que antes de mediodía ya se había dispuesto de 20 unidades adicionales y que para final del día la cifra se ubicaría alrededor de 60 y en los terminales privados, en donde se puede comprar con antelación, no se conseguían boletos para antes del 30 de marzo.
Mairy Chourio / mchourio@diariolavoz.net / @mairychourio