Una versión mejorada del discurso del Estado de la Unión del mandatario estadounidense, aderezada con mapas y gráficos, circula ampliamente en YouTube. Otra foto del presidente en la que juega con un chico de tres años vestido del Hombre Araña es una de las favoritas en internet.
WASHINGTON. La imagen de los esposos Obama abrazados que se difundió el día de las elecciones de 2012 se convirtió en el mensaje más popular de Twitter en el mundo.
Una versión mejorada del discurso del Estado de la Unión de Barack Obama, aderezada con mapas y gráficos, circula ampliamente en YouTube.
Otra foto del presidente en la que juega con un chico de tres años vestido del Hombre Araña es una de las favoritas en internet.
Todo esto es cortesía de la maquinaria de imagen de Obama, que transmite textos, imágenes y videos en los que invariablemente se presenta al presidente como una persona al mando, compasivo así como dedicado y competente.
En ese mundo, la familia de Obama siempre es fotogénica, su perro Bo siempre se porta bien y las verduras del huerto ubicado en el Prado Sur de la Casa Blanca siempre lucen suculentas.
El que quiera ver metidas de pata, tartamudeos y otras situaciones adversas tendrá que buscar en otra parte.
Al aprovechar las posibilidades de la era digital, la Casa Blanca de Obama genera sus propios contenidos como no lo había hecho ningún presidente y refina sus estrategias mediáticas para el segundo periodo de gobierno con la esperanza de ser más persuasivo que en el primero.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca limita el acceso a la prensa en un nivel al que no se habrían atrevido anteriores gobiernos y el presidente responde al auditorio en escenarios más controlados en comparación con sus antecesores.
Esta situación ha devenido en nuevas interrogantes acerca de lo que se pierde cuando la Casa Blanca pretende evadir a la prensa y funcionar en la práctica como su propia agencia de noticias.
Mike McCurry, quien fue secretario de prensa del presidente Bill Clinton, ve una tendencia en la Casa Blanca de Obama a la «autodifusión» acompañada de tácticas que «yo jamás habría imaginado en función de restringir el acceso» a organizaciones noticiosas independientes.
«Lo que se ha perdido son esos momentos reveladores cuando el presidente es obligado a rendir cuentas ante los representantes de la opinión pública que están ahí en la forma de la prensa», dijo McCurry.
El propio Obama sacó a relucir las quejas sobre el acceso limitado a la prensa en las bromas que hizo en marzo durante la cena Gridiron, un evento anula en el que líderes políticos, periodistas y directivos de prensa hacen chistes unos de otros.
«Algunos entre ustedes andan diciendo que yo ignoro a los medios de prensa en Washington, que controlamos demasiado», dijo Obama. «¿Saben una cosa? Tienen razón. Me equivoqué y quiero disculparme… en un video que podrán ver exclusivamente en el portal whitehouse.gov (el sitio de la Casa Blanca)», afirmó.
Tres días después, el tema ya no causó risa cuando la Casa Blanca transmitió en vivo por internet la reunión de Obama con su consejo de exportaciones y sólo permitió la presencia de un reportero en el lugar.