Colombia sabe de las intenciones de las FARC de adquirir misiles tierra-aire, pero hasta ahora carece de evidencias de que esa guerrilla tenga en su poder tal armamento, indicaron el miércoles altos funcionarios el miércoles.
El general John Kelly, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, dijo a fines de marzo que los «cientos de millones de dólares en ingresos que las FARC reciben sólo del tráfico de cocaína les permite adquirir misiles tierra-aire», y su vocero, el coronel Gregory Julian, fue más allá y aseguró que podía confirmar que esa guerrilla colombiana ya los había adquirido. Sin embargo, el Ministerio de la Defensa y mandos castrenses de Colombia dijeron en la jornada que carecían de reportes que confirmaran que la insurgencia tenía ese tipo de armamento.
El ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón y el general Alejandro Navas, comandante de las fuerzas militares, dijeron a reporteros tras una ceremonia militar que lo que sí conocían por datos de la inteligencia militar y policial, así como por correos y dos videos hallados en computadores de abatidos jefes rebeldes, es que la guerrilla desea tener esos misiles, pero carecen de evidencias que los tengan ya en su poder.
«No subestimamos, valoramos el informe del Comando Sur al Congreso de los Estados Unidos…vamos a estudiarlo, vamos a tenerlo en cuenta…de todas maneras no hay evidencias sobre la existencia de ese material» en poder de las FARC, dijo el general Navas.
«No hay evidencias actuales (que) haya misiles en poder de las FARC, pero ellos (en el Comando Sur) tienen más información más actualizada y podemos valorarla», añadió el oficial.
Desde siempre «ha sido una aspiración, indudablemente, que la contraparte quiera adquirir esa capacidad estratégica. Eso es natural en un conflicto, en una guerra siempre se trata de adquirir el mejor armamento que produzca un desbalance», añadió Navas al ser consultado sobre los reportes del Comando Sur y que fueron divulgados en la jornada por el diario El Tiempo.
A su turno, el ministro Pinzón dijo que tales versiones sobre que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, tengan o quieran comprar esos misiles, son viejas y ya incluso se encontraron el año pasado al menos dos viejos misiles tierra-aire ya usados y descartados.
«Esto, recuerden, que fue detectado desde el año 2008 por primera vez…Esto es noticia vieja para el país», dijo Pinzón, al agregar que a pesar de ello «nosotros nunca subestimamos nada…y obviamente se hace el análisis de cuáles son las verdaderas capacidades» de los insurgentes.
En octubre pasado, los militares colombianos confirmaron el hallazgo en una zona del sur del país de dos misiles viejos, modelos de los años 60 o 70, ya usados, en un campamento de las FARC. En la jornada, el ministro Pinzón ratificó a medios locales que se trató de «dos misiles tipo Sam 7 francamente viejos, francamente inútiles, de acuerdo a los expertos, sin ninguna efectividad». El ministro dijo también que aunque no hablado recientemente con el general Kelly, estima que sus declaraciones son una suerte de análisis sobre los ingresos ilegales de las FARC y lo que pueden hacer con esos dineros.
«Nuestra recomendación al gobierno norteamericano y a las autoridades de ese país, al Congreso, es que mantengan los esfuerzos (financieros) incluso si los pueden aumentar, así lo hagan» para el combate al narco, al tráfico de armas, entre otros, dijo Pinzón más temprano a la radioemisora Blu Radio al ser consultado sobre las quejas del Comando Sur por eventuales recortes a su presupuesto y el impacto de esas reducciones en sus labores de interdicción de naves del narco en distintas aguas.
Las FARC, surgidas en 1964 y actualmente con entre 7.000 a 8.000 miembros, según ha dicho el presidente Juan Manuel Santos, han logrado en el pasado averiar y hacer aterrizar aeronaves antidrogas, pero hasta no se recuerda que se haya confirmado oficialmente que una nave de la fuerza pública haya sido destruida por misiles de los insurgentes.