Parece el guión de una telenovela: una joven polaca llega a Nueva York con unos cuantos dólares en el bolsillo, la contratan como sirvienta en la casa de una de las familias más ricas de Estados Unidos, el heredero del imperio se enamora y se casa con ella.
Años después el heredero muere y ella se convierte en una de las mujeres más ricas del mundo, enfrentándose a la ira de la poderosa dinastía.
Nada es inventado. Es la vida de Barbara Piasecka Johnson, que en 1983 heredó la fortuna de Johnson & Johnson, el imperio de productos farmaceúticos, y quien murió esta semana en su natal Polonia a los 76 años.
Pero no sólo se trata de una historia de suerte y riquezas, la vida de Piasecka Johnson también estuvo plagada de disputas, peleas, críticas y enfrentamientos, principalmente con los seis hijos de su esposo que quedaron excluidos del testamento y de la fortuna Johnson & Johnson.
Tal como lo describe Jerry Oppenheimer en su biografía de los Johnson, «la vasta fortuna de esta dinastía fue tan tóxica como nociva para las generaciones de esta familia que dio al mundo las ‘curitas’ y el aceite de bebé».
Y la batalla por la legalización del testamento de J. Seward Johnson, quien a último momento antes de morir decidió excluir a sus hijos de su patrimonio, ha sido calificada como «una de las más largas, costosas, horribles, espectaculares y ostentosas en la historia de Estados Unidos».
Lo cierto es que en el momento de su muerte Barbara Piasecka ocupaba el 42º lugar en la lista de las mujeres más ricas del mundo, según la revista Forbes.
BBC