Con un plantel que tiene entre algodones a varias de sus figuras de mayor prestigio (Jeter, Teixeira, A-Rod), los Yankees comenzaron la temporada perdiendo dos veces, en casa, ante el «eterno rival», Boston. Como cuando las medicinas famosas no funcionan, fue necesario volver a la vieja fórmula, a esa receta que es anestesia para los bateadores. Y como lo vienen haciendo desde hace casi tres lustros, Andy Pettite y Mariano Rivera se combinaron para derrotar 4-2 a los Medias Rojas en victoria que tuvo importante contribución del receptor venezolano Francisco Cervelli.
Petitte (una carrera de 246 triunfos, cumplirá 42 años en junio) y el panameño Rivera (42, inicia la temporada con récord de 608 juegos salvados) alargaron a 69 el número de victorias entre ambos, cifra tope para un par de lanzadores en tales condiciones, cosa que vienen haciendo desde 1999. El zurdo lanzó 8 innings permitiendo una sola carrera, con 8 hits, 3 ponchados y un boleto, tirando en strike 64 de 94 lanzamientos frente a 29 bateadores. La rayita se la anotaron en el séptimo.
Cuando pareció entrar en tempraneros problemas, en el primer inning, le ayudó a salvarse la actitud de Cervelli, que bloqueó bien el home para evitar la anotación desde segunda de Shane Victorinio aprovechando un wild pitch luego de dos sencillos. Y para agregar algo más a su buen trabajo en la receptoría, el valenciano, después que los Medias Rojas le habían anotado la carrera a Pettite, se descolgó en el séptimo con un estacazo por el left-center, su primer jonrón, que le dio el seguro a los Yankees.
Se produjo en el noveno la aparición de Rivera. Muy esperada, como que era la primera del gran cerrador desde que se lesionó a comienzos de la temporada 2012, cuando apenas había lanzado 8.1 entradas en 9 juegos (con 5 salvados en 6 ocasiones). Con su velocidad y su bola cortada «igualitas», el panameño dio un boleto que, con un doblete, le costó una carrera, pero cerró su salvado de por vida 609 con un ponchado, rolata y globo, pasando por la goma 14 de sus 20 envíos a 5 bateadores.
«Fue una buena victoria para nosotros», dijo Pettite a la página web de los Yankees al concluir el juego, insistiendo en el detalle de que no querían ser barridos en su casa. Y elogió el bateo de sus compañeros, que le permitieron poner en 18-3 su marca en las oportunidades que le han entregado la pelota ante la inminencia de una barrida.
«Hay mucha emoción en esto», expresaría Rivera. «Pero uno debe controlarlas, porque el juego hay que terminarlo. Estoy feliz por esto».
En cuanto al mánager Girardi, no dejó de manifestar sus elogios. «Hay que ver todo lo que han hecho estos dos. Los he dirigido a ambos y aprecio de lo que son capaces. Como fanático, me complace verlo».
Sobre el lance del primer inning, Pettite dijo que vio la pelota por entre las piernas de Cervelli, un par de metros atrás, y no pensó necesario cubrir el home. «Gracias a Dios que él es joven y pudo moverse rápido», agregó.
Armando Naranjo
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