Los caraqueños, entre 1973 y 2013, han presenciado más de 20 eventos teatrales de grandes proporciones
Entre aquel negro septiembre cuando sacrificaron al primer presidente socialista de América y el luctuoso marzo que despidió al comandante presidente Hugo Chávez, han transcurrido 40 años, los cuales han servido además para escenificar 18 Festivales Internacionales de Teatro en Caracas y otros grandiosos eventos teatrales nacionales, no menos de ocho.
Fue el artista argentino Carlos Giménez (1946-1993) el creador del primer Festival Internacional de Teatro de Caracas (FITC), en septiembre de 1973, y el promotor de los ocho Festivales siguientes, los cuales se convirtieron en los más importantes del mundo, gerenciados todos por el Ateneo de Caracas, con María Teresa Castillo al frente, y contando con el apoyo del Estado por intermedio de sus diversos gobiernos. Tras la muerte del creativo y polémico director, cabeza del grupo Rajatabla, la directora ateneísta Carmen Ramia asumió el mando y organizó nueve Festivales más, incluso el 18 FITC, que culminó el pasado 31 de marzo.
Entre pesimistas y optimistas
Los FITC han tenido detractores y elogios del público, exorbitados algunos, porque nadie podía quedarse en silencio ante las performances de agrupaciones de fama internacional como el Piccolo Teatro de Milano, el team dream de Peter Brokk, el Teatro Kabuki de Japón, la Schaubühne de Peter Stein, el Berliner Ensemble y muchos otros procedentes de todos los continentes. Además, siempre hubo una importante presencia de elencos latinoamericanos y venezolanos. Durante cada uno de los FITC la ciudad convulsionaba y las colas para comprar entradas o ingresar gratuitamente (siempre hubo puerta franca para los estudiantes y para los artistas). Se creó así, poco a poco, un público festivalero que pudo ver los más grandes e importantes montajes de la cartelera internacional. ¡Inversión en la cultura de la ciudadanía como reflujo de la riqueza petrolera!
Algunos pesimistas, especialmente del sector artístico, juran que los FITC no ayudaron en nada al crecimiento del teatro local, y esos son precisamente los que ahora viven comprando derechos o plagiando obras foráneas para escenificarlas, tras haberlas visto en sus viajes a Nueva York, París o Madrid; pero dejemos en paz a esas “vírgenes necias” y sigamos nuestra crónica.
Otros, más optimistas y más sensatos, ponderaron el crecimiento de la audiencia, además de la participación en talleres y conferencias que han acompañado siempre al evento escénico. Es un público que después, tímidamente, salió a ver los montajes de los artistas locales. ¡En los fenómenos culturales todo suma, nada se pierde, y los FITC han sido eso, aunque en los últimos años, han variado!.
Caracas como escenario
La Alcaldía de Caracas, el Gobierno del Distrito Capital y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura materializaron, por intermedio de la gerencia de Fundarte (Freddy Ñañez), entre noviembre y diciembre de 2011 el Primer Festival de Teatro de Caracas (FTC), tras la recuperación de los espacios públicos y de las salas emblemáticas de la ciudad. Un evento que contó con 80 agrupaciones (44 de Caracas y 36 del interior del país), para más de 160 funciones. Eran no menos de 600 actores en los escenarios de 13 salas, ocho espacios públicos recuperados (bulevares, plazas y parques) y 30 comunidades de las parroquias del Municipio Libertador. El FTC 2011 (cobraron 5 bolívares por boleto) arrojó estas cifras : 70 mil espectadores en salas, 18 mil en la calle y 10 mil en las comunidades, 1200 en Unearte y 100 mil en Ciudad Teatro. A las agrupaciones les cancelaron sus honorarios y algunas fueron invitadas a exhibirse en una mini muestra posterior, con motivo del Celac. Para el 2013, se organizó el Segundo Festival de Teatro de Caracas (II FTC 2013), entre el 22 de febrero y el 10 de marzo. Se esperaban 223 representaciones teatrales en sala y seis en la Fábrica Nacional de Cemento, 101 exhibiciones en espacios públicos y las parroquias del Municipio Bolivariano Libertador, para un total de 330 funciones. No obstante, el evento fue suspendido el 5 de marzo por la muerte del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Pero durante la Semana Santa, los teatros volvieron a llenarse de espectadores acuciosos ante una selección de 12 espectáculos, donde destacaron «¡Ay Carmela!», y el estreno del monólogo «A mi gordo no me lo quita nadie», de Luis Fernández, actuado por Mimi Lazo. Los boletos costaban 10 bolívares. Así pues, se cerró, hasta el año venidero, este experimento de un festival exclusivo para Caracas con puro teatro nacional, aunque ya se estudia para los años venideros “un complemento” con piezas internacionales.
Muestras nacionales
Pero no solamente los FITC han ocupado los escenarios caraqueños, así lo recuerda el folleto “Teatro Venezolano/Comentarios& Memorias”, editado por la Compañía Nacional de Teatro (2011). Del 25 de septiembre al 15 de noviembre de 1959, en el Teatro Nacional, se realizó el Primer Festival Nacional de Teatro, donde participaron 14 obras venezolanas. El evento fue auspiciado y organizado por la Asociación Pro Venezuela y el Ateneo de Caracas, representados por Pedro Berroeta y Horacio Peterson. Ese Festival demostró que si había un cambio cualitativo en el teatro. Los montajes exhibían avances técnicos y aciertos en la dirección, y algunas de las obras revelaban madurez estructural y logros temáticos. El escritor Juan Liscano dijo que ese Festival era el acontecimiento cultural más importante ocurrido en Venezuela durante ese año. Sin embargo, el crítico Guillermo Feo Calcaño escribió en el programa de mano un extenso ensayo donde reconocía que el teatro había dado un salto cualitativo, que superaba al teatro criollo costumbrista, pero que aún le faltaba mucho por aprender. Apuntó que “lo que en nuestro teatro nos sobra en voluntad, nos falta en cultura general, en técnica, en sentido práctico teatral, nos falta planificación y en una metodología adecuada para las enseñanza de las artes escénicas”. Desde entonces, a pesar de las críticas, los posteriores Festivales fueron siempre éxito de público y de opinión, que realzaron el papel de la dramaturgia venezolana, creó un ambiente favorable para la agremiación y por ende hubo músculos y cerebros para otras muestras: en 1961, en el Teatro La Comedia se realizó el II Festival de Teatro Venezolano, el cual presentó diez montajes. En 1967, la Comisión del Cuatricentenario de Caracas organizó el III Festival con la presencia de 15 obras. El IV Festival lo realizó la Asociación Venezolana de Profesionales de Teatro (Aveprote) en 1978, con 13 obras; y el V lo llevó a cabo la misma Aveprote en 1980, con 10 obras. El VI, y último hasta ahora, lo materializó en 1983, la Comisión para la Celebración del Bicentenario del Nacimiento de Simón Bolívar, con 20 textos venezolanos.