El reto de Capriles está en arrancar una parte de la torta de chavismo. Y el del gobierno, impedir que los blandos pasen a la cuenta de la oposición
Las elecciones de este próximo domingo son cruciales porque no solo estamos decidiendo nuestro futuro inmediato, sino también porque está a prueba el grado de madurez de los venezolanos, sin distingos de clases.
En medio de una pobreza discursiva, el aspirante prefabricado aspira ganarse el premio gordo de la lotería apoyado en el carisma del presidente fallecido, mientras su adversario hace titánicos esfuerzos frente a un avasallante ventajismo.
No obstante, Capriles ha sabido sacarle provecho a la experiencia acumulada durante su anterior confrontación con Hugo Chávez y ha marcado el ritmo de la campaña.
Uno ofrece progreso y bienestar y el otro se remite al pasado y a la reminiscencia sin hacer planteamientos propios, lo cual tiene sus detractores dentro del propio chavismo. Elementos fundamentales para que los venezolanos tomen la decisión más acertada pasan por la superación de este estado de inanición en el cual se ha sumido el país desde aquél 8 de diciembre cuando Chávez hizo su anuncio premonitorio.
Desde entonces Venezuela ha estado a la deriva con una inflación que ha roto todos los indicadores posibles además de la escases, inseguridad y dos crueles devaluaciones en medio de un paquetazo económico que está sintiéndose en todos los sectores de la sociedad.
Con este escenario, el próximo presidente tendrá que asumir en medio de aguas turbulentas y tomar decisiones audaces para evitar que el barco naufrague.
Lamentablemente en todo este tiempo el petrolero que ha sido nuestra gran bendición, se ha convertido en una distorsión contraviniendo aquella sabia conseja que nos dejó Arturo Uslar Pietri.
No es lugar común advertir que si Venezuela no ordena la casa los tiempos por venir serán verdaderamente difíciles, por eso la elección del próximo domingo es crucial para el presente y futuro inmediato.
¿Quién ganará?
Hemos venido manteniendo que está elección va a estar muy reñida.
Lo saben en el alto gobierno donde el triunfalismo se ha ido evaporando para dar paso a la preocupación.
A pesar de la corta campaña, Capriles ha logrado revivir el entusiasmo de la oposición que hoy por hoy representa 6 millones y medio de votos duros.
Lo relevante es que ni Maduro es Chávez, ni Capriles es el mismo de hace seis meses. Ello a solo una semana de la elección está perfectamente definido por el elector.
Esta definición será determinante para el próximo domingo porque ya Chávez es el pasado y por más que Maduro quiera aferrarse a su figura, su obsesión termina siendo repulsiva para algunos dentro del llamado voto blando del oficialismo. Nunca segundas partes fueron buenas.
Es probable que Maduro capte un alto porcentaje de votos afectos a Chávez, pero la gran interrogante es si es capaz de conservarlos todos. De eso precisamente depende su hipotética victoria.
También hay que dejar claro que si logra más votos de los previstos, este país tendrá que entender y asimilar entonces que el problema era Chávez y estaríamos en presencia de un nuevo fenómeno electoral, escenario a nuestro juicio, totalmente improbable.
El reto de Capriles está en arrancar una parte de la torta de chavismo, dándose por descontado que cuenta con 6 millones y medios en sus alforjas. También para él está el riesgo de que no contar con ellos, pondría en juego su aspiración de cobrar, de manera que la clave para ambos es mejorar o al menos mantener los registros del 7 de octubre.
Así está el escenario para el próximo domingo. Creer en los cantos de sirenas de los tarifados de siempre es tratar de manipular una realidad latente que solo Hugo Chávez tenía capacidad para desviar.
Venezuela ha tenido la oportunidad de ponderar las dos opciones y tiene que votar de manera racional porque todos somos mayores de edad como para saber qué es lo más conveniente.
Negarse a ello es creer en pajaritos preñados…
Arena y Cal
DIOSDADO. Oído en una reunión de conspicuos líderes del Psuv. “Maduro ha logrado lo que Chávez no pudo: anular totalmente a Diosdado”. En verdad las participaciones del presidente de la AN y de los suyos ha sido muy discreta en esta campaña. Y para colmo, le rasparon a Manuel Barroso de Cadivi.
DOUGLAS TINEO ha asumido con muy buenos resultados su labor como enlace del comando Simón Bolívar para el Municipio Plaza en medio de un ambiente que lucía tenso. La consigna de trabajar unidos ha resultado efectiva dejando atrás confrontaciones estériles para privilegiar la unidad. Definitivamente es uno de los mejores operadores políticos del estado.
IMPROVISACIÓN. Ahora gran parte de las medicinas deben ser compradas con récipes. La disposición traerá más complicaciones para una población que pasa las de Caín buscando sus medicamentos. Lo mejor era razonar la medida, que entendemos como bien intencionada, pero de nuevo se privilegió la improvisación sin medir las consecuencias.
MAMARRACHADA. Sin duda la de la Policía de Guarenas ha tenido un logro relevante. Se llevó preso el pasado domingo al Judas de la mentira que iba a ser quemado en el bloque 18 de Menca. No se sabemos si sigue preso o fue condenado a la silla eléctrica.
ANOMALÍA. Lo que es un secreto a voces se confirma e incrementa la percepción de que de que el árbitro electoral está absolutamente subordinado al gobierno. Peor fue la respuesta del autor intelectual de esas anomalías y quien funge como jefe del comando de campaña del Psuv. A veces es mejor no aclarar, porque oscurece, a sabiendas de que para bailar un tango, se necesitan dos.
ENCUESTAS. Hay muchas y cada una da números diferentes, pero nos llama mucho la atención que la de Jesse Chacón, hombre estrechamente ligado a Diosdado Cabello solo da 10 puntos de diferencia entre Capriles y Maduro. La de Jesús Seguías da 8 y una encomendada por una empresa transnacional dice lo mismo. Quiere decir que de acuerdos a esas empresas, la semana próxima probablemente estemos hablando de empate técnico. No así en la de Hinterlaces donde se pronostica el triunfo rojo por avalancha.
OTROS ESCENARIOS. Se dice que 1 de cada 4 chavistas no votarán por Maduro. Se asegura que el abstencionismo triturará al candidato del gobierno y al de la oposición, de acuerdo a como se reflejen las tendencias. Se advierte que si la oposición no conserva su votación del 7 de octubre, no tiene gane. Y lo mismo con el gobierno. Y se afirma que en menos de dos semanas Capriles se ha quitado 10 puntos de encima.
UNAS son de cal y otras de arena, pero se acabó el espacio.
La Página de Jairo Cuba
@jaircuba