«Privaticen su funeral. Licítenlo a ofertas competitivas y acepten la más barata. Es lo que ella hubiera querido», dijo el cineasta Ken Loach, cuyas películas denuncian el impacto de las políticas de la fallecida expremier sobre la clase trabajadora
LONDRES. Los planes para el funeral de Margaret Thatcher se convirtieron el miércoles en un problema de seguridad y su muerte en un controvertido tema de opinión nacional, en momentos en que la fallecida ex primera ministra parece dividir a los británicos tanto como lo hizo en vida.
En varias ciudades del país se celebraron fiestas para celebrar la muerte de la líder conservadora, ocurrida el lunes, que terminaron con arrestos y los periódicos señalaron que la policía podría realizar detenciones preventivas antes de que sus detractores viajen a su funeral la próxima semana.
Apodada «Operation True Blue», la ceremonia fúnebre con honores militares del próximo miércoles comenzará con una procesión desde el centro de Londres hacia un servicio en la Catedral de Saint Paul. La Reina Isabel y su esposo el Príncipe Felipe asistirán a la ceremonia, en un gesto fuera de protocolo que marca la estatura excepcional de Thatcher. La última vez que la monarca asistió al funeral de un primer ministro fue cuando murió Winston Churchill en 1965. Pero muchos opositores a la ideología de libre mercado de Thatcher dijeron que era una figura demasiado divisoria como para ser puesta en un nivel usualmente reservado para personalidades reales como la princesa Diana o la Reina Madre.
«Privaticen su funeral. Licítenlo a ofertas competitivas y acepten la más barata. Es lo que ella hubiera querido», dijo el cineasta Ken Loach, cuyas películas denuncian el impacto de las políticas de Thatcher sobre la clase trabajadora. Algunos grupos lanzaron una petición electrónica al Gobierno a través de su sitio web pidiendo que el funeral sea privatizado como «una manera ideal de recortar los costes del Gobierno y reforzar los méritos de la liberalización económica que promovió la baronesa Thatcher». La petición reunió cerca de 34.000 firmantes antes de que fuera eliminada sin explicación durante la mañana del miércoles. El periódico de línea izquierdista Daily Mirror denunció el coste para los contribuyentes de lo que llamó «el adiós de los 10 millones de libras». Downing Street dijo que la cifra era meramente especulativa y que el coste del funeral sería difundido después del evento.
«La bruja ha muerto»
The Daily Telegraph, un periódico cercano a la derecha que está entre los más reverenciales en su cobertura, dijo que impidió los comentarios de sus historias en Internet sobre Thatcher debido a un posible abuso. Official Charts Company dijo que la canción «Ding Dong! The Witch Is Dead» (Ding Dong, la bruja ha muerto), de la película de 1939 «El Mago de Oz», había trepado al número 10 en el ránking de canciones como resultado de una campaña de detractores de Thatcher que intenta llevarla al número uno.
Tales reacciones a la muerte de la que fuera la primera ministra británica de 1979 a 1990 fueron condenadas por los conservadores así como por algunas figuras de la oposición laborista como el ex primer ministro Tony Blair. El Parlamento, que se encontraba en receso, tiene previsto realizar un debate de siete horas y media sobre el legado de Thatcher el miércoles.
El primer ministro David Cameron, líder del Partido Conservador, le rendirá un homenaje a su legado, aunque se espera que los legisladores laboristas critiquen su represión a los sindicatos, las privatizaciones de la industria y la desregulación del sector financiero.
Algunos miembros del Partido Laborista rechazarían participar en la sesión. «Preferiría estar en una cámara de tortura», dijo a la radio de la BBC el congresista Ronnie Campbell, cuyo distrito que representa en el norte de Inglaterra fue duramente golpeado por las reformas de Thatcher.