Los parlamentarios británicos interrumpían este miércoles sus vacaciones pascuales para pronunciarse sobre una moción de homenaje a la exprimera ministra Margaret Thatcher, que después de muerta sigue dividiendo a los británicos.
El jefe del Gobierno, el conservador David Cameron, heredero político de la ‘Dama de Hierro’ fallecida el lunes a los 87 años, liderará los tributos en el debate previsto en la Cámara de los Comunes, donde podrían brillar por su ausencia algunos de los críticos más virulentos de las radicales políticas de la difunta.
El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y su par liberal demócrata Nick Clegg, que gobierna en coalición con los ‘Tories’, también pronunciarán discursos en esta sesión.
Según la prensa británica, Miliband ha dado libertad a los miembros de su partido para criticar el legado de Thatcher, férrea defensora del liberalismo económico, siempre que lo hagan de manera «respetuosa».
Pero varios diputados ya han anunciado que boicotearán esta sesión extraordinaria para «considerar el asunto de los tributos a Thatcher», quien dirigió el país de 1979 a 1990, lo que sigue siendo un récord de logevidad en el cargo en más de un siglo.
Si para sus partidarios Thatcher «salvó» al Reino Unido y le devolvió su estatuto de potencia internacional, sus detractores no le perdonan los cierres de minas, las privatizaciones, el debilitamiento de los sindicatos o la desregulación financiera. «Algunos diputados tal vez creen que es su deber estar allí, yo no. Su legado fue la destrucción de miles de empleos», declaró Ronnie Campbell, un exminero convertido en diputado laborista.
En paralelo con el debate en la Cámara de los Comunes, habrá también una sesión en la Cámara de los Lores, de la que la primera y hasta ahora única mujer que llegó a primer ministro en el Reino Unido seguía siendo miembro.
Aunque el Gobierno no ha comunicado todavía oficialmente la lista, se espera que a los funerales de Thatcher asistan unos 2.300 invitados británicos y extranjeros, encabezados por la reina Isabel II, quien según se dice nunca tuvo muy buenas relaciones con la ‘Dama de Hierro’, y su esposo Felipe, duque de Edimburgo.
Sin embargo, pese a lo que anunciaba la prensa británica, el último presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, no viajará a Londres «debido a problemas de salud» para dar su último adiós a la dirigente que desempeñó un papel clave en los últimos años de la Guerra Fría, dijo a AFP en Moscú un portavoz de su fundación.
Claudia Rahola / AFP