EL CAIRO. Un cristiano copto murió el jueves por las lesiones sufridas durante un enfrentamiento, con lo cual se elevó a ocho la cifra de muertos por la violencia sectaria que comenzó la semana pasada, dijo un funcionario de seguridad egipcio.
Un grupo de atacantes roció a Saber Helal, de 26 años, con gasolina y le prendió fuego durante choques callejeros entre musulmanes y cristianos, que ocurrieron hace casi una semana. Los enfrentamientos en Josoos, un poblado al norte de El Cairo, dejaron otros cinco muertos, incluidos cuatro cristianos.
El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a dar declaraciones a la prensa.
Más violencia estalló el domingo en la catedral copta de El Cairo luego de los funerales de las víctimas cristianas. Una multitud de musulmanes iracundos arrojó bombas incendiarias y rocas contra la iglesia, lo que causó la muerte de dos personas, una de ellas un cristiano, en los peores hechos de violencia sectaria que haya experimentado Egipto desde que el presidente Mohamed Morsi fue elegido en junio del año pasado.
Los cristianos coptos representan cerca de 10% de los 84 millones de habitantes de Egipto. Durante mucho tiempo se han quejado de discriminación de las autoridades y de algunos miembros de la mayoría musulmana. Ocasionalmente surgen enfrentamientos con musulmanes por la construcción de iglesias o por relaciones de parejas interreligiosas.
En los dos años desde el levantamiento contra Hosni Mubarak, la comunidad se ha inquietado más por su futuro debido a que las fuerzas políticas islamistas, reprimidas bajo el antiguo régimen, actúan con mayor apertura. Los ataques contra los cristianos se han vuelto más contundentes y más frecuentes, en particular en áreas pobres y rurales.
El miércoles, Human Rights Watch apeló al gobierno de Morsi para que rompa el «ciclo de impunidad» en la violencia sectaria, la cual dijo «rara vez es investigada y castigada».
Nadim Houry, subdirector del grupo para el Medio Oriente y norte de Africa, dijo que Morsi «necesita reconocer el profundo y persistente problema de violencia sectaria en Egipto y tomar medidas decisivas para enfrentarlo antes de que crezca todavía más».
Mariam Rizk / AP