El presidente de Bolivia, Evo Morales, cobra menos de cuatro dólares por hora trabajada, menos de lo que percibe como ingreso un albañil o un taxista en su país, afirmó el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera.
García Linera se refirió al tema para defender que «no hay nadie más austero en el país» que Morales, en medio de una polémica sobre un decreto que permitía pagar viáticos o dietas a sus hijos si lo acompañaban en viajes oficiales, pero que fue anulado el miércoles.
El vicepresidente, matemático de primera profesión, calculó en una rueda de prensa que Morales gana por hora trabajada unos 27 bolivianos (igual a 3,8 dólares), que es menos de lo que recibe un albañil o un taxista boliviano, que reciben cerca de 5 dólares.
También recordó que en 2006 Morales aprobó una rebaja a menos de la mitad del salario presidencial, hoy igual a 2.155 dólares, con lo que «en términos de austeridad el presidente es un ejemplo mundial».
A propósito del salario del presidente, el ministro de Economía, Luis Arce, comentó el miércoles que hay peticiones de sectores del Estado para que se incremente el ingreso presidencial, debido a que por ley los altos funcionarios no pueden ganar más que Morales
Sin embargo, aún no se ha tomado ninguna decisión al respecto.
El decreto que provocó la polémica señalaba que se asignarían viáticos para el presidente, la primera dama, hijas o hijos, cuando acompañen al jefe de Estado en viajes oficiales, y disponía lo mismo en el caso del Vicepresidente y su familia.
Morales dijo el miércoles que anuló la norma porque su familia estaba «amenazada (…) amedrentada, insultada» o «intimidada» en las calles y las universidades, por causa de esa normativa.
El presidente, de 53 años, tiene dos hijos de diferentes relaciones con los que suele viajar en visitas oficiales, pero se mantiene soltero; mientras que García Linera, se casó en 2012 con la presentadora de noticias Claudia Fernández, pero no tiene hijos.
García Linera dijo hoy que quienes ahora criticaron el decreto sobre los viáticos nunca dijeron nada cuando los anteriores presidentes viajaban con «veinte personas» de su entorno familiar.
«Pero cuando un presidente indígena viaja con una persona de compañía se desgarran las vestiduras. No hubiéramos hecho mucho caso a esa hipocresía de estos comentaristas, pero, como explicó el presidente ayer, afectó ya a la familia», dijo García Linera.
A su juicio, en las críticas se vio «un nuevo acto de una terrible injusticia racista» contra Morales por ser indígena, una acusación repetida hoy por legisladores oficialistas y que suele ser usada contra quienes cuestionan al mandatario sobre diversos temas.
Agencias