La presión por el cambio ha cobrado fuerza luego que los Astros de Houston pasaron este año de la Nacional a la Liga Americana para establecer una paridad de 15 equipos en cada circuito
NUEVA YORK — Para la escuela tradicional del béisbol, la resignación parece asentarse ante la expectativa de que el uso del bateador designado en la Liga Nacional es inminente.
La presión por el cambio ha cobrado fuerza luego que los Astros de Houston pasaron este año de la Nacional a la Liga Americana para establecer una paridad de 15 equipos en cada circuito. Esto ha provocado la disputa de juegos interligas en todo momento. Dependiendo del visitante, puede ser que un día un equipo de la Americana tiene que poner a batear a un lanzador y después los de la Nacional tienen que buscar un designado para su alineación.
«Todo en la vida va cambiando, siempre se innova», comentó Plácido Polanco, el infielder dominicano con 16 años de experiencia, de los cuales 12 han sido con clubes de la Nacional.
El cambio podría darse en los próximos dos años.
Si le preguntan, Polanco preferiría que todo siga igual al resaltar el estilo de juego en el Viejo Circuito: «Soy un fiel creyente que con el toque de bola o el bateo y corrido se pueden ganar muchos juegos», dijo a The Associated Press.
No es que el uso de esas estrategias quedará en completo desuso, pero se verá menos.
Algo de historia
Concebido en la Liga Americana, el bateador designado existe desde 1973. Los nombres de Edgar Martínez y David Ortiz sobresalen como los designados de mayor renombre. Varios equipos de la Americana cuenta con designados fijos que devengan salarios de 10 millones de dólares o más, como Ortiz en Boston; Víctor Martínez en Detroit, Lance Berkman en Texas y Adam Dunn en Chicago.
Ahora, con la repartición por igual de cinco equipos en cada una de las seis divisiones, se plantean complicaciones.
En septiembre, cuando la intensidad por la clasificación a la postemporada alcanza su clímax, los dirigentes de Boston, Detroit, Seattle y Toronto tendrán que armar planes para visitas a equipos de la Nacional, por lo que tendrían que sacrificar un bateador.
«Es una gran ventaja para la Nacional, por eso creo que eventualmente eso se tiene que uniformar», dijo Jim Leyland, el manager de los Tigres.
También se vislumbra que algunos propietarios en la Nacional se mostrarán reacios, ya que un cambio implicar añadir un pelotero extra a sus nóminas.
Más años de juego
Se antoja que la asociación de jugadores permita eliminar puestos de empleo. La tarea de designado permite alargar las carreras de peloteros con limitaciones defensivas. Por ejemplo, el dominicano Vladimir Guerrero, de 38 años de edad, perfectamente podría estar tomando cuatro turnos diarios, en vez de jugar con los Ducks de Long Island en una liga independiente con la esperanza de recibir una última oportunidad para actuar en Grandes Ligas.
«Es un puesto adicional, así que el cambio es bueno para eso», dijo Polanco. «Le va a dar más chances a jugadores de estar en grandes, ligas, jugadores que son ofensivos».
«Las cosas cambian y si son por el bien del juego, estoy completamente de acuerdo».
Paridad
El cambio también servirá para nivelar la competencia al notarse la amplia hegemonía que los equipos de la Americana han ejercido sobre los de la Nacional en los choques interligas. Desde 2005, la Americana ha superado a la Nacional ampliamente, con récord de 1.120-895