Los venezolanos nos negamos a considerar el enfrentamiento, la guerra o la violencia como una virtud. No somos vikingos ni hunos para comulgar con semejante valor. Recordemos que, entre otras definiciones de paz, Martin Luther King afirmó una vez que la paz no es solamente la ausencia de tensión, sino la presencia de justicia
Los venezolanos nos aprestamos a cerrar un ciclo histórico y a abrir otro. La buena noticia es que el punto de inflexión es un evento electoral. Esto nos permite sentir que avanzamos en la senda democrática, que ha sido larga y difícil; pero ha valido la pena la tenacidad de permanecer en ella.
No creemos a los profetas del desastre que durante tantos años nos han vaticinado la posibilidad de una guerra civil. Si bien hemos vivido tiempos duros y momentos difíciles, en el espíritu de los venezolanos de este siglo no ha estado el germen de semejante tragedia, dejando aislados a quienes apuesten por la violencia.
La palabra paz deriva del latín pax. Es definida, en sentido positivo, como un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en sentido negativo, como ausencia de inquietud, violencia o guerra.
Pase lo que pase, seguimos conviviendo, buscando y encontrando espacios para crecer. Para desarrollarnos, para aportar al país y para hacer de nuestras vidas algo cada vez mejor. Creemos en lo que podemos hacer por nuestro bienestar empujándolo desde nuestras acciones y nuestro trabajo.
El trabajo siembra la paz. Nuestra actitud, nuestras convicciones siembran la paz. El nuevo gobierno que comienza, sea cual sea, se verá comprometido con la senda que marcha hacia la tranquilidad por voluntad de la mayoría ciudadana.
Puede sonar como un contrasentido, pero hay algunas filosofías orientales que consideran la paz como movimiento. Estamos de acuerdo con ello. Para conseguir la paz hay que movilizarse, trabajar, involucrarse y aportarle permanentemente para que se concrete. Quienes piensan así, aseguran que lo opuesto a la paz no es la guerra, sino el estancamiento.
Los venezolanos nos negamos a considerar el enfrentamiento, la guerra o la violencia como una virtud. No somos vikingos ni hunos para comulgar con semejante valor. Recordemos que, entre otras definiciones de paz, Martin Luther King afirmó una vez que la paz no es solamente la ausencia de tensión, sino la presencia de justicia.
Hay países que han debido transitar caminos duros, crueles y difíciles para conseguir la paz, y sin embargo la han logrado. Nosotros no hemos debido pasar por pruebas cruentas o por conflictos arraigados. Estamos en un excelente punto de partida para avanzar grandemente.
Para el próximo presidente, sea quien sea el elegido por el pueblo, queda por delante la gran tarea de implantar una cultura de paz. Un país dividido no avanza, y si bien la sangre no ha llegado al río –ni llegará- es innegable la tensión en la cual vivimos los venezolanos.
El liderazgo que se erija en el país a partir del lunes 15, debe aprovechar su ascendente sobre la ciudadanía para construir la paz, la paz que nace de la unificación de los compatriotas y que es la única que nos puede permitir avanzar, porque un país dividido entre sus propios hijos es un país negado al progreso, al éxito y al bienestar.
Se puede y se debe aprender a vivir en paz y en ese sentido los venezolanos tenemos un amplio camino andado, porque es sin duda nuestra vocación. Estamos hablando de educar para la paz, iniciativa que avanza en el mundo y en la cual se ha recorrido un trecho exitoso.
También hay que tomar en cuenta que la paz pasa por el diálogo, porque la paz no es lo mismo para unos que para otros. El encuentro, la comunicación y el acuerdo son necesarios y en este sentido, se nos abre una nueva oportunidad a partir de superar este encuentro comicial.
De nuevo Limardo
El medallista de oro olímpico Rubén Limardo nos obsequia a los venezolanos otra buena noticia, al ser elegido Atleta del Año en Polonia. Dicho triunfo es digno de ser celebrado muy especialmente, ya que se impuso por encima de atletas de esa nación e incluso de otros medallistas olímpicos.
Insistimos siempre en el orgullo que nos proporciona el esfuerzo y el talento de un compatriota que consiguen ser justamente reconocidos en otras latitudes, porque ese es el ejemplo a seguir, esos son los valores que se deben celebra, que nos convocan, que nos unen a todos y que nos ponen de acuerdo.
Más de Corea del Norte
Tras varias semanas, el mundo entero sigue en tensión debido a las amenazas de guerra de Corea del Norte contra su vecino del sur y contra Estados Unidos. La situación no mejora, con el atrincheramiento unilateral del líder norcoreano en su posición beligerante, la cual por cierto ha recibido la condena mundial, ya que esa acción acarrearía consecuencias inimaginables para todo el planeta.
No deja de ser una señal de avance en la larga y compleja travesía del ser humano por este planeta el hecho de que solamente una nación tenga un discurso de este estilo en estos tiempos; sin embargo, uno solo es suficiente peligro para destruir todos los órdenes y equilibrios del planeta. En manos de Dios estamos.
Ira y tránsito
El Centro de Adicción y Salud Mental de la Universidad de Toronto, Canadá, encontró que el estrés y la ira duplican la posibilidad de sufrir un accidente de tránsito.
Es cotidiano montar en ira ante las maniobras abusivas de otros conductores; pero hay que tener en cuenta que dejarse arrastrar por este sentimiento puede conducir a un accidente con consecuencias fatales.
Entre los consejos de los especialistas, destaca el mantener la calma, el “respirar profundo y contar hasta 10” antes de responder una agresión. En nuestra Caracas y demás urbes venezolanas se trata de un hábito que puede evitarnos más de un mal rato.
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David Uzcátegui
druzcategui@cantv.net
Twitter: @DavidUzcategui